Invisible || Larry Stylinson

Capitulo 5.

Había pasado mucho tiempo desde que me había intentado suicidar, una semana máximo. Ese chico.. Derek. El me hablaba todo el tiempo, a veces creía que me aburría por que yo sinceramente no decía nada más que asentir y pequeños "si" pero todo lo contrario, hablar con el me hacía cada vez más feliz, excepto que ver a Louis me hacía poner triste de nuevo. Ya estaba pensando en irme de ese colegio, pero no tenía dinero suficiente como para mudarme a otro lugar, ya sabiendo que era el único colegio en Holmes Chapel.

Mi mamá había estado trabajando mucho últimamente, se iba a las 6 am y volvia a las 9pm, todos los días.

Pero eso me favorecía, ella venía cansada y no revisaba mis cortes ni me contenía cuando tenía ataques de histeria, eso era lo que más le preocupaba, pensaba en contratar una nana para que me cuide pero le dije que iba a ser una estupidez.

El reloj marcaban las 16:00pm cuando mi telefono celular sonó.

-¿Hola?

-¡Harry, soy Derek!

-Ah.. Hola.. ¿Como conseguiste mi número?

-Larga historia, ¿Quieres salir a tomar algo?

-Realmente no tengo muchas ganas Derek.

-Vamos amigo, debes salir de tu casa alguna vez.. Nunca entendí por que no sales ni por qué andas deprimido todo el tiempo.

-Eso no es de tu interes, créeme.

-De acuerdo. O sales o voy por ti.

-Ni sabes donde vivo.

-Lo averiguaré.

-.... Agh.. Vale, saldré contigo.

-De acuerdo, ve al Central Shop, allí estaré.

-¿Central Shop? Ugh tendré que tomar autobús.

-Ugh, ugh, ugh. Lo que sea, vienes Styles. No me falles. Adiós.

Y colgó.

Derek realmente me hacía bien, amaba la forma en la que se vestía, era cool.

Luego de una larga ducha opté por ponerme unos jeans negros holgados, una playera blanca manga larga con estampado de una banda realmente irreconocible.
Y unos tenis de jean, algo gastados.
Espero que esta salida me haga bien.

Una vez que marcaron las 18:00pm salí de mi casa, caminando a la parada de autobús, no hacía mucho frío y eso me encantaba de Marzo.

Tomé el autobús, observé cada persona, cada mirada. Todos tenían una historia a travéz de sus ojos así como mis verdosos ojos reflejaban oscuridad.

Bajé del autobús en la calle 60 solo faltaban un par de calles para el Central Shop. Y así fue, caminé esas calles, con la mirada hacia abajo.

Cuando llegué miré alrededor. Había mucha gente, eso.. Me sofocaba.
Tomé valor y me metí entre toda la gente susurrando "Permiso" "Disculpe" "Perdon". Una vez que pasé todo eso, visualicé a Derek contra una pared, mirando su celular. Sonreí para mis adentros y caminé hasta él, suspirando bajito. No faltaban muchos pasos que Derek levantó la mirada y sonrío amplio.

Ah.. esa sonrisa..

-Harry, viniste. -Una leve sonrisa se dibujó en sus labios y me envolvió con sus brazos, wow. Era la primera vez que nos abrazabamos. Obviamente correspondí a aquel cálido abrazo sintiendo mi cuerpo temblar un poco. Ese abrazo me trajo mucha paz y armonía.

-Claro que vine, te lo prometí..-Dije algo bajo, ya que aun seguíamos abrazados. Cuando nos soltamos Derek no había borrado su sonrisa. Era perfecta.

-Me alegra mucho.. ¿Vamos por unos cafés? -Se hizo a un lado dándome paso por el pasillo y con la palma de mi mano di en mi frente.

-Disculpa, no traje dinero. Lo olvidé. -Un tono rojizo se apoderó de mis mejillas, haciendo que Derek ríera un poco.

-De eso no te preocupes, pago yo.. Vamos.. -Suspiré levemente, no iba a negarme y menos discutirle sobre eso, así que tomé camino por aquel pasillo hacia la cafetería.

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Ya nos encontrabamos sentados, bebiendo aquel caliente y sabroso café, que se encontraba en las tazas con un estampado de Coffe Store.

Hablando de cosas al azar, riendonos, proporcionandonos cálidas sonrisas.
Derek era muy especial.

-Sabes Derek.. Te he tomado mucho cariño, de verdad te aprecio. -Dije algo sonrojado, y mordisqueando mi labio inferior, temiendo a que se burlara de mi.

-Eres demasiado agradable Harry, no se por que todos te ignoran. Tambien te aprecio. -Suspiré de alivio mirando sus ojos, no sin antes darle un sorbo a mi café, sonriendo despacio.

En cuanto desvié mi mirada, un Louis no muy contento entró a la cafetería, caminando directamente a la barra. Tragué saliva, mierda. Mi estomago se había revuelto, tenía ganas de vomitar.

Louis estaba con una chica, y sus manos estaban entrelazadas.