"Enamorado" es otro sinónimo de ceguera. Cuando alguien logra sentir algo más que una amistad por otra persona, está completamente jodido.
A veces "Jodido" puede significar algo malo, pero se puede interpretar de la manera que quieras.
Y es que cuan...
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Era el punto de ebullición, una sacudida de emociones apunto de erosionar, dentro de sí sabía que mientras más caliente el agua, se evaporará y sólo quedará la humedad de lo que fue.
Una vez que nos damos cuenta que no podemos seguir de la misma manera, nos recorre la ansiedad y la desesperación, pensando "¿Qué tal sí..?" Porque.. podría ser demasiado tarde.
Exacto, podría ser demasiado tarde, muchas veces creemos que tenemos todo el tiempo del mundo, somos jóvenes, existe una vida por delante pero, ¿Qué tal si no? ¿Qué tal si el tiempo que creíamos tener se disuelve como el agua del río en épocas de calor?
¿Realmente vale la pena desperdiciar algo tan valioso como el tiempo presente?
De eso se habían dado cuenta.
No podía dejarlo perder.
— ¿Me estás diciendo que.. te vas a declarar? —Preguntó con una mueca de confusión hacia su amigo sin detener su caminar—
— Uh, sí. —Respondió como si fuera lo más obvio sin quisiera mirarlo—
— Ok.. ¿Cómo? —Alzó una ceja—
— No.. tengo idea. —De sus labios salió un frustrado suspiro— ¡Lo pensé toda la noche pero..! No sé cómo decirle a Evan que me gusta, hay tantas formas para decírselo y ninguna siento que es la forma correcta de hacerlo.. —Explicó moviendo sus manos y sintiéndose totalmente inquieto— ¿Me ayudas?
— No. —Dijo rápidamente al ver la expresión de súplica de su amigo— Mathi, eres el romántico de los dos, ¿Crees que tengo alguna idea de cómo declarármele a alguien? —Blanqueó los ojos—
— Por favor, Harry, eres en quien más confío. —Juntó sus manos para rogarle— Al menos no me dejes solo en esto, sabes cuánto me gusta y cómo me pongo con él. —Hizo un pico con los labios sosteniendo las alas de su mochila mientras miraba el camino—
— Tranquilo, ya se te va a ocurrir algo. —Palmeó con pesadez la nuca del de pelo rosa—
Al llegar a la universidad se fueron hacia sus respectivos departamentos para tomar sus asignadas clases, y el pelinegro, quien se había resignado a ser el cupido de su mejor amigo, sólo pudo quedarse pensando.
Hacía unos meses que él tenía un crush en él y por fin comenzaba a planear cómo debería declararse, empezó a aprovechar el tiempo que tenía ahora que San Valentín estaba a la vuelta de la esquina.
