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Takemichi siempre se ha considerado un omega sin gracia alguna, a sus 26 años sentía que ya era muy tarde el solo esforzarse, conformándose estar solo hasta el último de sus días ¿Cómo podría pensar...
Las puertas de la cárcel no se abrirán para mí, (Prison gates won't open up for me)
Sobre estas manos y estas rodillas, me arrastro, (On these hands and knees I'm crawling)
Oh, me estiro para alcanzarte. (Oh, I reach for you)
Nickelback - Savin' Me
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Takemichi suspiro agotado mientras ordenaba los cds en sus respectivos puestos, era pasada la medianoche y la tienda hace horas que había cerrado, pero fue forzado a hacer horas extras por supuestamente quebrar "mercancía valiosa", pero... él no fue, fue otro compañero de trabajo, pero nadie creería la defensa de un chico torpe sin respaldo de ningún tipo... un omega rechazado por su familia... sin amigos... y con un destinado que nunca logro encontrar
-...Una persona miserable – susurro para sí mismo Takemichi con una triste mirada ¿Cuántas horas de trabajo ya iban? ¿48 hrs con solo una hora para dormir? Ni siquiera sentía que le pagaran lo suficiente ni que lo respetaran como se debía, pero... tampoco había podido conseguir otro trabajo y las deudas a su alrededor se acumulaban... si tan solo él fuera...
El sonido de la campana que indicaba la llegada de un cliente logro sacarlo de sus pensamientos, en primer lugar, por el ruido estruendose que resonó en la habitación... y, en segundo lugar, porque nadie debería haber entrado cuando estaba claramente estaba indicado que estaba cerrado por esa noche
- Bue...buenas...no... noches – exclamo con una sonrisa nerviosa, la persona que acababa de entrar no se veía exactamente amigable... los tatuajes en sus brazos y la mirada llena de malicia solo hicieron que ese sentimiento aumentara, por no mencionar que su presencia indicaba que era un alfa... uno débil, pero un alfa a fin de cuentas – No...no... estamos atendiendo – termino por decir entre tartamudeos ¿Por qué la tienda tenía que estar en un barrio peligroso? Y... ¿Por qué siempre lo dejaban a él atendiendo?... bueno, esa noche su jefe había insistido más que otras noches para que se quedara hasta esas horas de la noche
- ¿Ah? Las luces están encendidas, si no quieres que entre al menos cierra mejor la puerta – escupió acercándose a él tratando de intimidarlo, pero Takemichi mantuvo la mirada aun cuando su cuerpo temblaba por el miedo, el sujeto frunció el ceño con molestia acostumbrado que las personas más débiles que él bajaran la mirada, especialmente cuando claramente eran omegas– No te hare nada malo, eres un omega... te vi por la ventana... ¿No te gustaría dar una vuelta? Dame tu mejor servicio y te pagare el doble de lo que cobras, conozco a los de tu tipo
- ¿Mi... tipo? – repitió ladeando la cabeza sin entender
- No te hagas el difícil, sabes cómo funcionan las cosas en este barrio, tu jefe me dijo que estarías dispuesto
