Just like animals★!

01; "first; know"

     Al despertar, Changbin, se encontraba muy tranquilo, la cama era muy cálida y cómoda, le hacía tener ganas de volver a dormir mucho tiempo más. Pero el movimiento de la cama lo alertó, no estaba sólo en aquel lugar, lo sabía. Es mas estaba rodeado de siete, increíblemente, bellos chicos, los cuales desconocía totalmente.

Por un momento se sintió como la princesa Blanca Nieves cuando despierta y ve a los siete enanitos junto a su cama, pero su pensamiento quedó descartado, pudo notar que esos chicos lo superaban en masa muscular y altura (o al menos la mayoría) y no eran los tiernos enanitos que por un momento creyó.

Se incomodó bastante al ver que algunos permanecía en boxer, solo un par estaban vestidos, uno de ellos de mejillas gorditas y otro de cabellos lacios, bastante atractivo a su parecer, y una mandíbula algo marcada.

Junto a él había un hombre que se notaba que era más grande que él, tenía el cabello rubio, una nariz algo grande pero bonita, y esos labios, por un momento se sintió hipnotizado y tentado de tocar esos labios. Sólo se sacudió la cabeza, borrando un poco esos raros pensamientos.

Procedió a querer levantarse, aunque no reparó en que al momento de pisar el suelo, en realidad, lo que pisó no fue el piso, sino, el abdomen de un muchacho quién en seguida se despertó, más que enfurruñado.

-¿Qué haces?- Dijo algo brusco, puesto que el muchacho más bajo le había pisado fuerte.

Se notaba enojado, tenía el seño fruncido y hacía un piquito con sus labios, este chico le daba un aire a un conejo. Sin duda decir que era apuesto le quedaba corto, era el hombre más bello que vio un su perra vida, soltaba un aura traviesa y eso es malditamente atractivo.

—Hey, enano, te estoy hablando.—Le dijo de manera ronca.

¿Enano? ¿Acababa de llamarlo enano? Oh, no. Changbin podría soportar muchas cosas pero que lo llamaran enano era demaciado, no permitía ni que su hermana mayor le hablara así.

—¿Quién te crees qué eres, imbécil? —Explotó de inmediato —Primero que nada, no sé dónde estoy ni como llegué aqui, solo recuerdo haber estado corriendo del psicópata de mi ex hasta que aparecieron unos lobos gigantes, me despierto en una cama junto a siete desconocidos y tú vienes a llamarme enano, ¿Quieres que te golpee, eh? ¿Eso quieres, idiota? Porque ahora estoy muy molesto, tengo mucha hambre, no deben ni ser las diez de la mañana y es muy temprano para estar enojado.

Lo amenazó con su dedo golpeando su pecho, lo que no esperó es ver que al otro le diera un escalofrío.

El más alto estaba muy ruborizado, de pronto le aparecieron unas orejas y cola, dicha cola empezó a moverse hacia los lados de manera rápida.

—Eh, que carajos, ¿T-tienes orejas y cola? Dios, debo estar soñando o estoy drogado definitivamente.

El otro parecía estar en una especie de shock, puesto que no se movía, el único movimiento es el de su cola. Parecía como emocionado, quizá embelesado.

—Know, para.

Se escuchó una voz autoritaria, profunda y ronca. Demonios que fue muy caliente el tono que usó.

—Para ¡Ahora! Nos estás ahogando con tus feromonas. —Volvió a hablar el mismo chico pero ahora elevando el tono de voz.

En seguida, el nombrado “Know", pareció espabilar y salir de su pequeño trance.
Changbin, quien hasta ahora no se había volteado, miró hacia atrás, notando seis pares de ojos observarlo atentamente.

El rubio, el que estaba durmiendo junto a Changbin, se acercó hasta quedar frente a él. Bin por un momento sintió la necesidad de mirar hacia otra parte, incapaz de fijar su vista en los ojos del contrario. El aroma a colonia varonil que desprendía ese hombre le estaba volviendo loco, no sabía que era pero se le hacía extremadamente cómodo estar cerca de él.

—Reaccionas a mis feromonas, increíble.

No sabía si eso fue un halago o algo así, le resultó raro que usara el término “feromonas" ni que fueran animales.

Dio un vistazo hacia atrás, notando que “Know" había desaparecido, supuso que huyó en el momento que puso su atención en el rubio precioso.

En serio tenía que dejar de referirse a ese hombre con tantos adjetivos tan... ¿Extraños? Si, eso era. Porque está hablando (pensando) así de un desconocido.

—Esperen... ¿Que hago aquí? ¡Ustedes, m-me secuestraron! Llamaré a la policía.

Comenzó a desesperarse, no entendía nada y en serio esperaba que no trataran de hacerle algo, si es que no lo habían hecho ya, mientras dormía.

—Espera, espera. No te vamos a hacer nada, ayer te desmayaste y decidimos traerte aquí, discúlpanos por invadir tu espacio pero estábamos tan preocupados que nos dormimos cerca de tí. —Habló el mismo rubio, en serio esperaba que se callara si no quería que se lo comiera a besos... Debería de parar.

—U-ustedes ¿Los vieron, verdad? A los lobos ayer... Casi me come uno —Le comentó asustado Chang.

El rubio desconocido se rió un poco. —Si, casi te come uno... O varios —Susurró eso último.

—¿De qué te ríes, idiota? Espera ¿Son una clase de furro o algo así? ¿Por qué a ese chico le salieron orejas y cola? Quiero una explicación ¡Ahora! —Demandó apuntando con su dedo al hombre parado frente a él.

Los chicos se miraron unos a otros, parecían nerviosos o ansiosos, sus caras delataban que no se sentían cómodos con aquellas preguntas.

El rubio, quien parecía manejar las cosas por ahí, fue quien se adelantó a hablar primero.

—Muy bien, te lo contaremos, pero primero vamos a desayunar ¿Está bien para tí, pequeño?

—No me llames pequeño, tarado.— Amenazó sacando su lado agresivo, estaba asustado y quería una explicación sensata de lo que estaba pasando.

—¡Andando, manada!

Finalmente, todos los chicos se levantaron y lo arrastraron, con ellos, al comedor.