Capítulo 4: Festival.

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—Ese vestido es hermoso— comenté sonriendo.

—¿En serio lo crees?

Estábamos en una boutique. Al parecer habíamos llegado justo en una época festiva. Pues mañana era el aniversario número 150 de Roedville. Sin duda alguna una celebración bastante importante para todos los ciudadanos.

—Me gusta, pero siento que le hace falta algo—. El vestido que la rubia había elegido era de color café claro, le llegaba justo a la altura de las rodillas. Me lo pensé un momento.

—Espera déjame ver si...— giré mi cabeza buscando los complemento perfectos. Sonreí al ver una chaqueta marrón oscura y cogí unas botas casi del mismo tono del estante.

—Ponte esto— Abigail me miró sonriente y rápido se puso los complementos. Su outfit era justo el estilo que inspiraba.

—Había olvidado que eras modelo, debes sabee muchísimo de modas. Eso debió haber sido sensacional—. Tragué saliva tratando de alejar los malos recuerdos. Si tan solo supiera lo que hay detrás del modelaje.

—Me encanta. Pero está chaqueta es muy costosa, no creo que pueda pagar nada más que el vestido— Murmuró quitándose la prenda.

Tomé mi bolso sacando una tarjeta de débito, era roja, especial a las otras porque aquí tenía guardado todo lo que gané como modelo.  No solía usarla, más bien me negaba a usarla para mí. Aurora podía coger dinero de ella cuando quisiera, incluso usamos parte de si para llegar aquí. Y es que la suma que guardaba no era baja, dónde algunas cifras a un orfanato, Aurora no me permitió darlo todo, porque aún duda lo hubiese hecho, tener tanto dinero a mi nombre a cuestas de tanto dolor, me daba asco. 

—Yo pagaré todo no te preocupes, será mi regalo y am... — Sumé a las compras un par de bolsos y accesorios. Abby estaba encantada.

—¿Y tú qué usarás?, ¡Ya se!, Pagarás por mis cosas así que déjame comprarte un vestido con mi dinero. ¿Anda si?— Sonreí asintiendo con la cabeza.

—Eres más simple que yo así que
veamos—  Pasó un par de minutos caminando por los estantes hasta que sus ojos se detuvieron en una sección. Sacó un vestido de mi color favorito. Tenía mangas hasta los codos. Podía ponerme unas mayas negras y botas.

—Es perfecto— sonreí.

[...]

—Owen pasará por nosotras en
una hora—  Eran alrededor de las ocho de la noche y se escuchaba la música del pueblo a todo galope.

Me había colocado el vestido que mi prima me compró, unas botas negras altas, mayas del mismo color y no llevaba puesto nada arriba.  Muchas veces tenía que aguantar el frío cuando modelaba.

Aurora era un poco sobre protectora, claro que ella sentía que aquí estaba más que segura. Y no sé por qué pero yo también así lo sentía.

—Vamos Lucette— Sonreí. La rubia se miraba muy bien con el look que le ayudé a crear.

— Abigail tienen hasta la media noche— Espetó mi tío arreglando la antena de un viejo televisor.

— ¡Ni que fuera cenicienta papá!— Respondió molesta Abby.

PLENILUNIO; El lobo y la humana. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora