Mordida

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N/A: Realmente he encontrado muy poco de este shipp, pero una de mis historias favoritas es la serie de 'who is the lamb and who is the Knife?' de 'vmort', si no han leído la historia la recomiendo muchísimo, al igual que 'Reflection in a broken glass', de Celilia. Las historias están en ao3.

Hace tiempo que tengo esta historia rondando en mi mente, y como tal esta conectada al último día del omegacember, que es 'cachorros', realmente es una historia que quiero hacer a parte y será totalmente TakeMikey, pero esta es una especie de prólogo y prototipo porque no estoy segura de que me ha gustado del todo. Puedo decir que una parte si se inspiró en las historias anteriores que mencione, y seguiría el canon sin el arco de Bonten.

Resumen: Izana/Mikey. Takemichi/Mikey. Parado frente al espejo, se da cuenta que será un día difícil porque le cuesta apartar la mirada de su marca.

Advertencias: Violación ligeramente explícita, vínculo forzado. Mención de Mpreg.

9. Mordida

Como cada mañana su casa es un caos y Mikey a penas puede seguir el ritmo de los dos niños que exigen el desayuno y pelean por el baño, a su vez que rezongan por cosas de la escuela y los almuerzos que van a llevar.

Normalmente Kakucho lo ayudaría, pero hoy es de esos pocos días en que nadie lo puede asistir con sus hijos, por lo que todo recae en él.

Y esta bien, por mucho tiempo se ha hecho a la idea de que son sus hijos y él, porque así ha sido por mucho tiempo, ya que al final la responsabilidad es suya y solo suya.

Pero hoy en especial desearía un poco de ayuda, ya que ha tenido una noche difícil, plagada de pesadillas y recuerdos.

Hoy es de esos días en que mirar a sus hijos a la cara le es difícil, no cuando sus sueños siguen tan frescos en su mente.

Y trata de calmarse, recuerda la terapia y se dice que ha aprendido a lidiar con ello.

Pero aún espera el día en que todo explote en su cara como siempre pasa con las mentiras.

Porque cada mentira contada es una deuda con la verdad y cada mañana piensa en ello, mientras se arregla para llevar a los niños a la escuela.

Parado frente al espejo, se da cuenta que será un día difícil porque le cuesta apartar la mirada de su marca.

Sus dedos acarician la zona y los recuerdos lo inundan.

A veces, cuando cierra los ojos, puede ver a Izana, incluso escucha su voz, murmurándole en el oído, como lo había derrotado, mientras lo sometía y lo tomaba de las caderas solo para forzar el nudo.

Le recordó que no era más que un simple omega, sin importar lo que hiciera, había dejado una huella que nunca se iría.

No es invencible y mucho menos hoy, cuando dos niños lo tienen comiendo de la palma de su mano.

No hay absolutamente una sola cosa en el mundo que no hiciera por sus hijos, pero a veces, cuando el recuerdo de ese día regresa, las cosas se ponen confusas.

Hubo una época en que no le temía a nada, ni a nadie, hoy en día le teme a la verdad y lo que pasará cuando salga a luz, le teme al rechazo de sus hijos cuando sepan que ha mentido para no lastimarlos, le teme a cualquier cosa que pueda pasarle a sus hijos que son la única familia que tiene.

Es demasiado sobreprotector, sus hijos se quejan de ello todo el tiempo, pero no quiere que nada se vuelva a repetir y aunque sabe que no puede tener el control de todo, nunca dejará que una sola cosa dañe a sus hijos.

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