Parte 1

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Civil War sucedió pero tres meses después se solucionó la mayoría del problema por medio de un acuerdo, por lo que 'Black Widow' es canónico y Nat logró destruir la Red Room, además de volver a su rol como espía.

Gente recuerden que Natasha y Yelena ni siquiera en los cómics son hermanas, y en el UCM vivieron tres años con ese engaño. Así que no, no es incesto ni por la idea de haberse criado juntas porque tampoco lo hicieron, sería normal que de adultas llegaran a verse con otros ojos.


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Es un día agradable, hace sol y un poco de viento, todo tranquilo en el hogar de los Barton. Natasha hubiera deseado que los niños estuvieran aquí, pero tenía que aceptar que ella no los mandaba, debía dejarlos ir con sus abuelos por un par de días, así también Clint y Laura descansaban, aunque el bebé de unos meses se quedó para dar algo de alboroto de vez en cuando.

El miedo a que alguien a quien sus acciones afectaron supiera que tenía cierta relación con esos tres niños se mantenía escondido pero punzando en su mente como diciendo "preocúpate mucho, o morirán". Realmente la idea de alejarse de la familia de su mejor amigo podría hacerse un hecho, solía tomarla en consideración cuando los veía tan felices.

──Nat, ¿ya estás pensando?

Quita la mirada de la ventana y se vuelve hacia Clint, quien está apoyado en el marco de la puerta.

──Has estado sentada ahí viendo hacia el patio desde que te dijimos que Laila y Cooper salieron, ¿tanto te dolió? ── sonrió bromeando.

──Quizá solo me preocupo demasiado ── volvió a su posición inicial, aún con su semblante serio.

──Ya, oye, no tienes que seguir torturándote  por tus acciones pasadas, ya llevamos muchos años de conocidos, te presenté a mi familia porque confío en ti e incluso yo a veces puedo sentir ese miedo a que algo les pase a los que amas. Te entiendo, pero recuerda que tenemos el respaldo de Fury y es imposible que a los que dañaste sigan tu huella hasta mis hijos. ── dijo tras sentarse en el borde de la cama.

──No es imposible.

──Imagino que hasta has pensado en alejarte de ellos de por vida.

La pelirroja solo emitió un bajito "ajá". Clint suspiró profundo y guardó silencio por un minuto mientras pensaba en su próxima pregunta.

──¿Entonces no estás así de pensativa por algún novio que dejaste por ahí?

La mente de ella hizo "click" instantáneo. Abrió levemente la boca y frunció el ceño, volvió su vista hacia Clint como si fuera a decirle algo.

──Wow, entonces sí.

──No, no, para nada es eso. De hecho, pensaba en lo que hablamos al inicio, y en muchas otras cosas. Me ha tomado por sorpresa el tipo de pregunta. ¿No hemos hablado de eso ya?

──Perdón, pero me sigue picando la curiosidad si alguna vez tuviste pareja. Me has dicho que no por muchos años y de repente me contaste que intentaste algo con un alemán, que duraron tres meses y bla bla.

──Bueno, lo del alemán fue por trabajo. ── alzó una ceja en señal de confusión.

──¿Realmente nunca has sentido amor de pareja por alguien, Natalia Romanova? ── cuestionó el rubio, con tono más intimidante al mencionar su nombre real, esta vez iba muy en serio.

Y en su mente no se pudo aparecer nadie más que ella. Solo hizo falta eso para que la mujer rusa se quedara nuevamente quieta y pensativa mirando por la ventana con un aura melancólica.

──Tal vez.

Clint se sorprende, era evidente que ese "tal vez" era un "sí, pero no voy a contarte nada más". Primera vez que Natasha le responde así, incluso si es una espía rusa que puede mentir o dar respuestas ambiguas a quien quiera sin ser descubierta, para el arquero esta vez era la verdad intentando ser disfrazada.

Decide dejarla sola otra vez no sin antes informarle que el almuerzo estará listo en unos minutos y deberá bajar a alimentarse.

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Durante la comida de las una, Laura comentaba alegremente sobre sus avances en el trabajo, había conseguido un ascenso por su buen desempeño, Clint la abrazó contento. También charlaron sobre que Cooper casi se peleó con unos niños en la escuela y Laila había estado haciendo cartas para Natasha como regalo de despedida cuando se fuera a cumplir su rol de Vengadora otra vez. Se enterneció por eso, los quería mucho, como si fueran sus verdaderos sobrinos. Los Barton eran familia para ella, incluso si la frecuencia con la que los visitaba era tres veces al año, lo sentía un hogar al que llegar para sentirte a salvo. Aunque por la naturaleza que tiene, siempre está desconfiando, aquí en menor medida lo hace, pero con miedo. Aun si hay respaldo y nadie se atrevería a meterse con ella, sabe que en algún momento ellos correrán peligro.

De repente, su instinto la lleva a mirar con atención una de las ventanas del comedor, parecía que una sombra se cruzó. Volvió su mirada al plato con aún inquietud, ignorando tal cosa ya que quizá esté siendo muy paranoica, como le suelen decir, pero para Natasha la paranoia en su trabajo no existe, aún así va creer que lo que supuestamente vio es sólo su imaginación.

──Gracias, la comida estuvo deliciosa ── agradece mientras se levanta a retirar todo de la mesa para lavar y ordenar, no sin antes acariciar las mejillas del pequeño Nathaniel. Cuando se aleja hacia la cocina, escucha murmurar al matrimonio "Nat ha estado muy callada hoy".

Entre pensamientos de preocupación, también ronda una persona a quien no ha visto hace un año. Yelena es su nombre, su corazón late con fuerza al recordar su lindo rostro, su nariz respingada, sus ojos verdes y el cabello rubio brillante que la distinguen. Aunque también el solo pensar en todas las cosas que tiene que arreglar con ella le provoca escalofríos. Se pregunta cuándo volverán a verse, la extrañaba.

Terminó de lavar todo y subió al segundo piso para lavarse los dientes, se ató en una cola el cabello rojo que había estado dejando crecer desde la batalla en Sokovia, esta vez lo tenía liso con algunas ondas.

Dirigiéndose a la habitación de invitados donde dormía para ponerse un chaleco encima de su camisa roja a cuadros, nota algo extraño. Con cuidado giró el pomo la puerta y la empujó, tras unos segundos entró mirando hacia todos lados dispuesta a recibir un golpe, pero nada. Algo andaba mal, lo presentía. Entonces miró hacia la ventana, debajo de ésta un velador donde vio un poco de polvo de zapato que antes no había estado allí, alguien entró. Buscó la pistola que tenía escondida debajo de la almohada, sin embargo, no la encontró.

Esta vez su atención se posiciona en el armario, que estaba cerrado, ahí debía de estar el intruso, sino está metido por ahí en la casa y tendría que inspeccionar todo. A paso rápido pero firme camina hasta el mueble y lo abre de golpe. Grande fue su sorpresa cuando la persona que había estado extrañando se le abalanza encima para capturarla con sus brazos y caer juntas al piso.

──Priviet ── saluda una rubia.

Es Complicado ¦ YeleNatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora