32 semanas de embarazo.
—Bueno, todo está bien. El bebé ya está boca abajo, lo cual es lo más favorable —Rosé, mientras escuchaba lo dicho por el doctor, limpiaba la pancita de su esposa.
—Tengo una pregunta —habló la menor—. ¿Puedo seguir manteniendo relaciones sexuales, cierto? —Rosé la miró sorprendida, con un sonrojo en sus mejillas.
Joshua miró a la pareja intentando retener su risa, Rosé parecía un tomate y Lisa estaba con un semblante tranquilo.
—Sí, Lisa, pueden seguir manteniendo relaciones, aunque sabes que quizás pueda hacer adelantar el parto, ¿entendido? —ella asintió y se puso de pie.
—Genial —dijo feliz. Rosé quería que la tierra la tragara.
—Bueno, gracias por todo, Joshua —se despidió la rubia.
—No hay de qué, nos vemos pronto, doctoras Park 's —se despidieron igualmente y salieron de la consulta.
Cuando iban caminando por los pasillos del hospital, Rosé miró extrañado a Lisa, ya que se dirigía a la sala donde se cambiaban. La omega se puso su uniforme sin prisas y ella hizo una mueca.
—¿Me ayudas a ponerme las zapatillas, por favor? —la mayor asintió y se arrodillo, empezando a colocarle el calzado. Cuando terminó, se pararon y Rosé le miró seriamente.
—Amor, en vez de estar trabajando deberías estar en casa descansando —ahora fue el turno de Lisa de hacer una mueca.
—Aún puedo caminar y atender pacientes. ¿Por qué quedarme en casa? —Rosé no estaba muy de acuerdo con que su esposa siguiera trabajando, tenía miedo de que le pasara algo o hiciera esfuerzo de más. Lisa pudo sentir la molestia contraria, le
miró con el ceño fruncido—. Rosé, sé que no te gusta la idea, pero esto me distrae —suspiró cansada—. No quiero estar en casa sola, donde esté recordando lo mucho que estoy engordando, o como cada vez estamos más cerca del nacimiento de nuestra hija y los nervios que me provoca —se acercó y tomó sus manos—. ¿Quieres verme deprimida? —ella negó con un pequeño mohín—, entonces déjame seguir trabajando.Puso ojos de gatito, intentando convencerla, lo cual logró.
—Esta bien, sigue trabajando, pero si pasa algo llámame —la omega asintió feliz. Terminó de ponerse su bata blanca que tenía algunos diseños de animalitos. Le dio un beso en los labios y se fue a paso, tranquila. La neozelandesa, rendida, se empezó a colocar su uniforme y por último su bata.
Ya en los pasillos se encontró con Jisoo, la cual le sonrió y se acercó.
—¿Todo bien, Rosé? —preguntó al verla seria.
—Lo mismo que lo de la última semana —Jisoo asintió comprendiendo, ella sabía de las inquietudes de la alfa. Así que, para distraerla decidió cambiar de tema.
—¿Cómo te diste cuenta que Lisa estaba en cinta? —Rosé la miró extrañada.
—Me lo dijo, y así como darme cuenta... pues como que no lo hice demasiado, andaba distraída ese mes.
—¿Pero no viste algo raro esas primeras semanas? Antes de que te lo diga, claro —miró al techo, intentando recordar.
—¡Cierto! Andaba con nauseas, estaba con muchos cambios de ánimo, y su aroma era mucho más dulce. ¿Por qué lo preguntas?
—Jennie tiene nauseas, ahora tiene un leve aroma dulzón y anda con unos cambios de humor... —Jisoo sacudió su cabeza espantada, y es que su esposa con cambios de humor daba miedo—. Y estaba pensando que quizás esté en cinta —dijo sin alguna expresión.
—Oh, ¡eso es fantástico! —pero al verla fijamente, se lo cuestionó—. ¿O no lo es...?
—Es solo que hemos estado más de un año buscando tener un hijo, y siempre que nos ilusionamos termina en que la prueba de embarazo da negativo, y realmente no quiero decirle a Jennie que quizás ahora podría ser, siento que la voy a ilusionar y luego va a terminar deprimida de nuevo —no la malentiendan, ella quería un hijo, pero también quería que su esposa esté feliz, con esa linda sonrisa que la
caracterizaba.—Creo que es mejor que lo comprueben, quizás esta vez si sea positivo —le intentó dar ánimos. El teléfono de Jisoo vibró, avisando de la llegada de un nuevo mensaje. Lo sacó y leyó el mensaje, pronto frunciendo el ceño—. ¿Pasa algo?
—Es Jennie, quiere una bolsa de dulces que tengan sabor a Pepsi. ¿De donde voy a sacar eso? —preguntó, sintiendo que se volvería loca ya que sabía que cuando llegara a casa y Jennie se los comiera, luego le reclamaría porque terminaría engordando con tanto dulce.
—¿Siquiera existen? —rio.
—Me va a volver loca —se revolvió el cabello, mientras pensaba en donde encontraría aquel específico alimento.
A Rosé le llegó un mensaje de Lisa, donde decía que esta noche, al llegar a casa, no dormirían de inmediato. Se apoyó en la pared negando con la cabeza divertida, sabía bien lo que significaba.
—Nuestras esposas nos van a volver locas algún día.
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Sweet and cold baby ² | Chaelisa
RomanceHabían esperado un poquito más de una década para poder ver una pequeña niña corriendo en su casa. Pensaban que sería fácil, pero todos sabemos que la vida de madres es complicada. Segunda temporada de 'Sweet or cold'. ➼ Adaptación © Doonkyu ➼ Porta...