𝐇𝐔𝐌𝐀𝐍 |𝑱𝑨𝑺𝑶𝑵 𝑻𝑶𝑫𝑫| [𝐌𝐎𝐍𝐒𝐓𝐄𝐑𝐒 𝐏𝐀𝐑𝐓. 𝐈𝐈]

23.

— ¡Vamos! ¡No seas amargado!— insistí por décima vez.

— Realmente no creo que sea una buena idea.— negó una vez más.

— ¿No los extrañas?— ladeé ligeramente mi cabeza. Jason suspiró, finalmente dándose por vencido.

— Está bien.— accedió. Yo solté un grito ahogado de emoción antes de abrazarlo con fuerza.

— ¡Gracias!— exclamé emocionada, dirigiéndome a cambiar mi pijama por ropa decente. Una vez que estuve lista volví a la sala de estar de la mansión, donde Jason me esperaba.— ¿Nos vamos?— lo miré. Él dejó salir una corta risa antes de acercarse a mi.

— Vaya que tienes prisa.— bromeó. Yo asentí repetidas veces con la cabeza. Él realizó la acción contraria y ambos nos dirigimos a la entrada. Alfred nos llevó hasta el aeropuerto, donde tomamos el primero vuelo hacia San Francisco.

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El taxista frenó ante la torre y, en cuanto yo bajé, me sentí como si volviera a casa después de un largo tiempo. No tardé en adentrarme en ésta y presionar el familiar botón del elevador en cuanto Jason se unió a mi. A cada piso que pasábamos, mi emoción crecía. En cuanto las puertas se abrieron en el último piso, yo me apresuré a salir, buscando a alguien con la mirada.

— ¡Kayla!— la familiar voz de Gar hizo que no tardara en darme vuelta para verlo.

— ¡Gar!— saludé en su mismo tono, acercándome a él y rodeándolo fuertemente con mis brazos.

— No puedo creerlo.— habló él en cuanto nos separamos.— Me alegra poder confirmar que estás viva.— admitió, ante lo cual yo fruncí el ceño, confundida.— Jason me contó todo. En cuanto me enteré de que habías vuelto no podía esperar a poder verte de nuevo.— explicó. Yo sonreí, enternecida.

— A mi también me alegra verte, chico bestia.— empleé el apodo que tiempo atrás le había dado.

— ¿Qué hay, Logan?— saludó Jason, acercándose a él y ofreciéndole la mano, chocando su hombro al realizar el típico saludo que los hombres solían hacer.

— ¿Has sabido algo del resto?— observé a Gar en cuanto Jason lo soltó.

— ¿Yo soy parte del resto?— alguien detrás mío habló. Me volteé bruscamente, encontrándome con Dick. No tardé en correr hacia él, lanzándome a sus brazos en cuanto estuve a su lado.

— ¡Dick!— exclamé emocionada. Él dejó salir una corta risa por lo bajo, y sentí cómo acariciaba mi espalda con gentileza.

— Hola, Kayla.— murmuró.

— Te extrañé mucho.— admití.

— Yo también, niña.— correspondió el sentimiento antes de soltarme.— ¿Cómo te trata la vida en Gotham?— preguntó.

— Nada bien, honestamente. Ha sido problema tras problema. Es agotador.— respondí.

— Lo supuse. Después de todo, es Gotham.— me recordó, a lo que yo asentí. Noté que él desvió su vista hacia detrás mío, y yo me volteé para ver a Jason, quien lo miraba con seriedad.

— Grayson.— saludó cortante.

— Me alegra verte, Jason.— saludó cortésmente. Jason se acercó a nosotros y desvió su vista unos segundos antes de volver a vernos.

— Dick, yo...— se dispuso a disculparse, pero el mencionado lo interrumpió.

— No tienes nada que decir. Sé que estuve mal en abandonarlos, y es por eso que volví.— admitió el mayor. Jason asintió levemente con la cabeza.

— Me alegra que hayas podido verlo.— respondió.

— ¿No nos invitaron a la reunión?— oí a Dawn decir, apareciendo en la sala de estar, seguida de Hank, Donna, Rachel y Kory. Mi emoción crecía más y más al vernos a todos reunidos. Me apresuré a saludarlos uno por uno, deteniéndome ante Rachel.