De pequeño siempre soñaba con ser Spiderman.
Tener a mi Mary Jane, a mi Gwen Stacy,
para que fuera mi luz y me guiara
cuando mi vida no tuviera sentido.Y salvar a las personas
de cualquier monstruo o villano
que pudiera hacerles daño.(...)
Un día, mientras realizaba las poses y acrobacias
de mi super héroe favorito, mi padre se acercó
y me dijo que ser Spiderman
no simplemente se trataba de tener
el apoyo de la mujer que amas,
que 𝒖𝒏 𝒈𝒓𝒂𝒏 𝒑𝒐𝒅𝒆𝒓 𝒄𝒐𝒏𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂
𝒖𝒏𝒂 𝒈𝒓𝒂𝒏 𝒓𝒆𝒔𝒑𝒐𝒏𝒔𝒂𝒃𝒊𝒍𝒊𝒅𝒂𝒅,
y que sí quería convertirme en él,
primero tenía que entenderlo.En su momento no supe
muy bien lo que quiso decir,
pero con el paso del tiempo
me di cuenta del verdadero significado
de esas palabras.Luego de perderlo a él,
de que mi mejor amigo se quitara la vida,
de que el abuelo y la abuela murieran,
de que mis notas bajaran,
y que la mujer que amo me rechazara,
quise renunciar a aquel sueño
que de niño tanto había anhelado.Ya no quería ser Spiderman...
Quería mi vida antes de conocer
la soledad y la tristeza.(...)
Pero cuando estuve a punto de rendirme,
mi tío me dio su hombro para llorar y liberarme
de todo el dolor que llevaba acumulado.Me dijo que no desistiera de mi sueño,
que no necesitaba llamarme 'Peter',
ni apellidarme 'Parker', que para él
yo ya era el hombre araña.Y que lo único que me faltaba para verlo,
era darme cuenta de lo felices
que son las personas
que me tienen en su vida.