Aún recuerdo la fecha.
¡¿Cómo voy a olvidarla?!
Era sábado,
veintisiete de junio,
el reloj marcaba
las 2:57 de la mañana.Entre mi miedo
al rechazo y la angustia
por saber cómo reaccionarías
hice aquella pregunta
que tanto temía realizar:- ¿Puedo ser tu novio? — pregunté con nerviosismo.
- Repítelo de nuevo, quiero escucharte pedírmelo otra vez
— respondiste con una emoción que no era de este mundo.Por eso sigues aquí dentro.
Aunque he estado con varias mujeres
nadie me ha hecho sentir
la misma sensación que tú.— Joy.