No es fácil adaptarse a un nuevo ambiente que los rodea y mucho menos con personas que no conoces, no sabes que piensan de tí o cual serán sus intenciones, al no saber nada de ellos es frustrante y con tal solo ver sus miradas, te empiezas a sentirte amenazado, asustado, juzgado,...es normal cuando empiezas una nueva vida o una nueva etapa en un nuevo instituto o en una nueva ciudad, y lo peor de todo, es que, lo que no te permite avanzar, no es por tu inseguridad, sino es tú pasado el que te persigue o las voces de tu cabeza, y esta situación es algo similar por lo que está pasando este personaje. Un chico alto, castaño, sin ganas de vivir, empezó su nueva vida en un nuevo instituto, nada fuera de lo normal, solo pasaba por los pasillos para llegar a su salón, aunque algunos lo empezaron a mirar raro, pero...a él no parecía importarle, es como si, ya estuviera acostumbrado a este tipo de situación, pero al llegar a su salón, él chico castaño dio un gran suspiro antes de entrar, y al abrir la puerta.... notó como varías miradas estaban sobre él, pero no solo eso, sino que también, empezó a escuchar voces de niños riéndose, su mirada empezaba a verse borrosa, sentía como el mundo empezó a darle vueltas, su respiración se sentía pesada, estaba apunto de desmayarse, hasta que, alguien le tocó el hombro, en ese momento el chico castaño recuperó el reconocimiento.
-¿Te sientes bien?-Pregunto un maestro de educación física que iba pasando, al momento que él chico castaño lo miro, el maestro le volvió a preguntar-¿Te sientes bien?,¿Estas enfermo?.
-Estoy bien...-Agacho su mirada
-De acuerdo-Palmeandole en el hombro le dijo-Sera mejor que entres a tú salón joven, las clases ya van a empezar
Al momento de retirarse, el chico castaño se dio cuenta que no había abierto la puerta, sino que fueron puras alucinaciones, algo normal para él, ya que no es la primera vez que tiene ese tipo de alucinaciones. Al momento de escuchar esa indirecta, la indirecta que usan los maestros al presentar un alumno nuevo, el chico castaño agarró valor, agarró la manilla de la puerta, dando su último suspiro, abrió la puerta y entró, fingiendo que nada paso,....pero, al estar frente a todos, noto nuevamente esas miradas que lo hacían sentir inseguro, pero esta vez no iba dejar que su inseguridad lo detuviera, no estaba para nada nervioso, sino que, no sentía nada en confianza con las personas que lo rodeaban.
-Buenos días a todos...mi nombre es Osamu, gusto en conocerlos-Con una voz sería y fría se presentó, como si fuera un robot.
-¿Y, cual es tu apellido?-Pregunto su maestro, con una voz sería y algo mandona.
-No es necesario que se lo diga-Lo dijo con una voz tranquila y fría
-Pero es necesario que...-Volvío a insistir su maestro, pero en eso fue interrumpido
-Porfavor, deje de insistir...-Como si hubiera una razón por la cual no quiere mencionar su apellido o no lo quiere reconocer
-De acuerdo-Volviendo al tema, el profesor rubio pregunto-entoces, ¿quién se ofrece como voluntario para enseñarle la escuela a Osamu?...
Hubo un momento de silencio, hasta que alguien levantó la mano.
-Por fin, alguien decidió participar, gracias por su colaboración, señor Nakahara.
-Nakahara...eh?-Pensó el chico castaño, como sí, ese apodo le sonará algo familiar, pero no estaba al cien por ciento seguro.
Durante la hora del descanso, el pequeño pelirrojo le dio el tur por la escuela al chico castaño, aunque, Osamu no estaba poniendo atención del todo, mientras el chico pelirrojo estaba explicando, el chico castaño tenía otros asuntos que resolver dentro de su cabeza o su memoria, al finalizar el recorrido, se pararon en el último piso que los dirigía a la azotea donde también almuerzan los alumnos.
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Te encontré
FanficDos personas se conocieron desde la infancia, pero por cosas del destino se separaron y después de unos años se vuelven a reencontrar... aunque...uno de ellos pierde la memoria, así que estás personas deberán de convivir juntas para revivir ese lazo...