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VINTERBRANN POR TI CONTRA EL MUNDO
❝𝐕𝐚𝐫𝐠𝐞𝐧 𝐲𝐥𝐚𝐫 𝐢 𝐧𝐚𝐭𝐭𝐞𝐧𝐬 𝐬𝐤𝐨𝐠❞
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━━━LAS PRIMERAS SEÑALES DE INVIERNO eran perceptibles en la Isla de los Snølvir. Las marcas en los lomos de las criaturas comenzaban a encenderse, a brillar en tonos azules y violetas que contrastaban con el blanco nieve y el gris claro de sus pelajes. Sus ojos alegres e inocentes se tornaban más profundos a cada segundo que acrecentaba el frío. Los aullidos eran más constantes, acompañados con los gruñidos ocasionados por la temporada de transformación.
Era hora de prepararse para una posible propagación, el pueblo lo sabía mejor que nadie.
Fragmentos de inviernos pasados se colaban en su mente mientras cepillaba suavemente el pelaje de una snølvir embarazada. Recordaba con dolorosa nostalgia las peleas de nieve que surgían en el patio de su hogar. Vikingos contra guerreros. Hachas contra espadas. Pelirrojo contra rubio. Su mente estaba repleta de recuerdos fugaces de ella y su hermano en invierno; podía recordar a la perfección la sensación gélida de las bolas de nieve chocar contra su cuerpo y el sonido melodioso de las risas de su familia.
Tal vez era Karj, la snølvir, trayendo aquellos recuerdos a su mente. De algún modo lo agradecía pues eran pocos los momentos en los que podía sentir esa paz emanar de sí.
Aunque lo negara, lo más profundo de su mente, donde yacía su niño interno, continuaba aferrada a la idea de volver a tener a su hermano cerca. No importaba cuán grosero fuese con ella, siempre lucharía contra el mundo por él; muchos subestiman el gigante vínculo que puede existir entre hermanos y lo poderoso que ese amor puede volverse.
Hacía cuatro años desde la última vez que había hablado con Magne, se negaba a admitir que tal vez jamás volverían a ser como antes pero podía sentirlo y, a juzgar por el gruñido, Karj lo hacía también. Su relación cambió el momento en el que se les fueron asignados sus nuevos empleos: Magne debía aprender a ser el jefe, Kaðlín debía aprender a ser la consejera. No eran tareas fáciles y, aunque era requerimiento, no confiaban el uno en el otro; dejarlos a cargo sería una perdición para la isla, incluso si él fuera un buen jefe y ella una experta en el arte de las negociaciones.
Esta es su historia, de cómo Kaðlín trabajará en superar los altibajos junto a su familia y un jinete de dragones bastante peculiar.
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