Estro

La lágrima y el corazón

Era uno de esos días en que los ojos no paran de llorar,

las lágrimas caían y eran atrapadas por un pañuelo sin derechos legales sobre su libertad.

Pero, como en todo grupo, siempre hay alguien que marca la diferencia,

siempre está ese necio que va en contra de las reglas porque para seguirlas, no le alcanza la paciencia.

Así que hubo una lágrima, la más brillante de ellas, que tomó un camino distinto,

un camino que cambiaría su destino y no sabía adónde se dirigía pero, siguió su instinto.

Siguió su instinto y se dejó caer,  rodó más abajo,

más allá de aquel nudo en la garganta que dificultaba el paso,

más allá de donde cualquier lágrima hubiese llegado antes

más allá del miedo que sentía, aquella gota de tristeza siguió adelante.

Ya cansada, la lágrima decidió hacer una parada y preguntar dónde  se encontraba,

preguntar quién era el culpable de que fuese expulsada,

de que fuese desalojada sin una explicación del cuerpo dónde vivía,

pero como la vida está llena de coincidencias, el único que la escucho fue el que la respuesta de su pregunta sabía.

La lágrima no tenía idea de que bajo sus pies, latía casi sin fuerzas el responsable de su desgracia.

Entonces el corazón le dijo -Me buscas a mi?. Perdón si de algún modo te hice daño,

es que es difícil contener el llanto cuando se es un ermitaño.

Es muy triste dar vida y que sin embargo, la vida te de la espalda, querida amiga, no sabes cuanto duele.

No sabes cuanto duele el amor no correspondido.

No sabes cuanto pesa el silencio, porque aveces el silencio hace demasiado ruido

No tienes idea querida lágrima cuanta tristeza hay en tu cuerpo mojado,

cuanto odio preso y fruto del amor dañado,

del amor mal gastado en personas falsas, en falsas esperanzas, en falsas expectativas.

Queriendo tocar el cielo, pero en realidad tocando el suelo porque mi vida está patas arriba.

Sintiendo que cada latido es más débil que el anterior, que cada paso que doy es en el sentido equivocado,

sin ganas de dar el próximo porque siento que mi vida no tiene sentido en ningún lado.

Estoy tan cansado.

Querida lágrima, no te expulsé, te  liberé de un destino destinado a un futuro incierto.

No seas tonta, escapa, se libre tú qué puedes, porque yo estoy condenado a morir en este cuerpo.