Estro

brindis de sangre y lágrimas

Brindemos, pero no por celebrar,
brindemos por las almas que no paran de llorar.
Coctel de sangre y lágrimas, de miedo y dolor, de rabia,
por aquellos a los que nunca les respondieron sus plegarias.
Brindemos, por las gavetas llenas de desilusiones,
Por los ojos rojos, por las heridas en los corazones,
por los que reciben espinas a pesar de amar las flores y por los valientes que están llenos de temores.

Por las madrugadas sin sueño, por las lunas llenas,
por los que se ahogan en el alcohol por tratar de ahogar las penas.

Por los que no tienen nada.
Por todos los sueños que se quedan en la almohada.
Por los "te quiero"sin respuesta,
por el que apostó por la vida y al final perdió la apuesta.

Brindemos con la copa rota de quién corto sus venas, de quién se arriesgó a probar suerte,
la suerte que no tuvo en vida, después de la muerte.
Brindemos por los cielos grises,
por las cicatrices, ocultas tras la sonrisa
y por las muchas heridas que nunca cicatrizan.

Por los niños sin juguetes,
por los que arden bajo el fuego de la explosión de un cohete.
Por los que temen a la muerte sin medida, pero prefieren morir antes que vivir sus vidas.
Por los muertos que nadie recuerda, que están en el olvido y por los que han sido olvidados a pesar de que están vivos.

Brindemos, si, brindemos, por los que merecían más de lo que tuvieron, para bien, lógicamente, por los que la vida golpeó demasiado fuerte.
Con sangre y lágrimas brindemos, si, claro que sí, brindemos.