𝚅𝙸𝙸. 𝙾𝚓𝚘𝚜 𝚢 𝚎𝚜𝚙𝚒𝚛𝚊𝚕𝚎𝚜 𝚗𝚎𝚘𝚗

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DESPERTAR CON SU MEJOR AMIGA EMPIERNADA ERA UNA TRADICIÓN QUE POCAS VECES EXTRAÑABA

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DESPERTAR CON SU MEJOR AMIGA EMPIERNADA ERA UNA TRADICIÓN QUE POCAS VECES EXTRAÑABA. En el palacio de su padre tenía una cama de tres plazas solo para ella, donde hacía pijamadas de vez en cuando con Fausto y Robin, aunque rara vez se podían a quedar a dormir gracias a su padre sobreprotector. Así que dormir sola era algo de todos los días.

Andrea murmuró algo en español y volvió a acomodarse luego de que Nicole abriera los ojos. Se habían quedado hasta las cuatro de la mañana haciendo un intento de karaoke, ninguno del grupo podía dormir o tenía las intenciones de cerrar los ojos. A suerte de todos, era más orgánico de lo esperado, en especial con Will. Quién se juntaba un poco más al grupo por su cercanía con los otros dos miembros.

Lamentablemente a las dos de la mañana Will había tenido que auxiliar a dos campistas que habían perdido parte de sus manos. El juego de capturar la bandera con las cazadoras de Artemisa siempre llegaba a extremos que los semidioses griegos no estaban acostumbrados a experimentar. Nicole recordaba su primera partida, tenía entre diez y once años, la había pasado muy mal.

A pesar que Nico y Andrea insistieron que se quedara, Will tuvo que dejar la pijamada para seguir su labor como enfermero oficial. Según él no era nada fuera de lo común pero Nicole se preguntaba qué pensaban los recién llegados ante ese acontecimiento tan peculiar. Para los nuevos campistas podía ser emocionante o espeluznante. La vida de un semidiós no era para todos.

El resto de la noche la habían pasado los tres, como antes de que fuera coronada princesa, Nico juzgandolas con la mirada y las dos chicas cantando sin parar. Le gustaba ese momento, le recordaba lo mucho que le gustaba el campamento y lo mucho que había extrañado a sus amigos. Así estuvieron por horas, hasta que Andrea no pudo más y se quedó dormida en la mitad.

Recogió sus cosas y salió de la cabaña trece, dejando a sus amigos dormir hasta el almuerzo. No tenían responsabilidades tan temprano. Tal vez Andrea tenía una cita importante con el desayuno, pero estaba muy noqueada para asistir. Corrió a la suya, pues no quería que le llamen la atención por pasar la noche en una cabaña que no era la tres, cosa que se estaba haciendo costumbre. Su hermano no estaba y, según el reloj de pared, eran las doce de la mañana. Percy debería estar entrenando a nuevos campistas, cosa que ella también había prometido hacer. Al ser una de las campistas más viejas y llegar a una edad significativamente mayor tenía responsabilidades que incluyen a los recién llegados.

Por ahora sus amigos estaban bien, distraerse ayudaba a cualquiera o eso pensaba Nicole. Luego hablaría con ellos, cuando ambos quisieran decir que les pasaba. ¿Se sentía algo excluida por no estar con ellos antes de llegar a la cabaña 13? Un poco, pero no iba a dejar que eso se apoderara de sus sentimientos de querer ayudarlos.

Se puso el uniforme del campamento, combinado con un pantalón pintado por Andrea y peinó su cabello en una cola de caballo. Consideró ponerse algo de maquillaje pero sabía que iba a terminar todo chorreado por el sudor así que solo colocó un poco de bloqueador sobre su cara y brazos. Cosa que no iba a servir de mucho ya que todo se mantenía nublado como el día anterior. Se fue colocando una armadura liviana mientras caminaba hacia el área de entrenamiento. Haciendo el ridículo tropezando más de una vez en el camino. Percy la esperaba con los brazos cruzados y la frente fruncida. Cuatro campistas evidentemente menores lo rodeaban balanceando sus escudos y espadas que les iban algo grandes.

𝙼𝚘𝚛𝚗𝚒𝚗𝚐 𝚂𝚝𝚊𝚛 - 𝙿𝙹𝙾 𝙵𝚊𝚗𝚏𝚒𝚌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora