VII

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Como costumbre, Jungwon fue hacia el cuarto de Niki, abriendo la puerta con sus pequeñas y peludas patitas, asomando la cabeza primero.

El cuarto de Niki era un desastre y parecía que un tornado con cuchillos había pasado por allí, aunque la realidad es que el híbrido de tigre solía razgar toda tela que hubiera en el cuarto cada vez que cambiaba a su forma animal.

Así que así estaba todo el lugar, con el papel tapiz despegado en casi su totalidad, convertido en papel picado en el suelo, las cortinas y las sábanas de la cama totalmente destrozadas y unas cuantas marcas de garras en las paredes y muebles.

El chico estaba con el rostro inexpresivo mientras arrojaba una pelota contra la pared para volver a atraparla.

Jungwon maulló y el castaño alzó sus orejas hacia él.

— ¡Bebé tigre! — Niki sonrió ampliamente—. Pasa, pasa, pero cierra la puerta.

El pelinegro obedeció, cambiando a su forma humana para cerrar la puerta.

— Heeseung me castigó por romper el cuarto... De nuevo, así que si se entera que estás aquí te echará, hablemos despacio.

Jungwon asintió, se sentó junto al chico, aunque no tenía ganas de decir nada, así que no lo hizo.

Después de un rato de hablar sólo, Niki se dió cuenta del estado del gatito.

— ¿Por qué esas orejas caídas, pequeña pantera?

El híbrido de tigre tenía muchos apodos para Jungwon, todos relacionados a grandes felinos y la miniatura que era el gatito junto a ellos, una costumbre que había quedado de cuando lo confundía con una pantera.

Jungwon frunció el ceño.

— No sé— confesó—. Llegué y Sunoo fue muy bueno, y Jay también fue muy bueno, pero me hace sentir feo.

— ¿Fueron buenos? — repitió el tigre, Jungwon asintió— ¿Entre ellos? — el gatito volvió a asentir— ¿Y te sientes feo por eso? — y asintió de nuevo.

Niki hizo una mueca, deteniendo la pelota entre sus manos.

— Escuché algo de eso, se llaman celos. Y se dice que "Estás celoso".

— ¿Celos? ¿Estoy celoso? — repitió.

Niki asintió.

— Temo que no hay cura para los celos— dijo—.Y son mortales—  añadió, hablando con voz grave, haciendo que Jungwon se asustara, erizando su cola y alzando sus orejitas.

— ¿En serio?

Niki hizo una mueca, lo pensó un momento.

— Nunca ví a nadie morir de celos— dijo—. Pero en muchas series y películas dicen todo el tiempo que se están muriendo de celos... Por lo que deben ser mortales.

Jungwon hizo un mohín.

— ¿No hay nada que hacer? — se sintió triste al saber que moriría.

— En la tele se sienten mejor después de que les hacen mimos...— dijo el tigre—. ¿Quieres que te haga mimos para que te sientas mejor?

Jungwon asintió, cambiando de nuevo a su forma gatuna para frotarse contra Niki, mientras este rascaba ligeramente con sus garras su lomo, debajo de su barbilla y entre sus orejitas.

BAD LUCK ; jaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora