²

36 5 0
                                    

🥀

Llegar a su hogar era un verdadero dolor de cabeza, llegar y ser recibido por un...

─Al fin llegaste. Tardaste más que ayer─

Eso lo ponía de malas. ¿En que momento Beatrix Sakamaki había pasado de ser una madre a la que le valía la vida de sus hijos, a ser un verdadero dolor de cabeza que rebasaba los límites de la sobreprotección? Literal, aún recordaba que cuando él y su hermano eran niños ni les prestaba la más mínima atención, ¿cuantas veces él no se había escapado de su casa para irse a la casa Ishida y poder estar con Edgar?, incluso recuerda que cuando Subaru tenía tan sólo 6 años este se había casi rotó una pierna en su extraño intento por aprender a trepar un árbol, y lo único que salió de la boca de su madre cuando él le insistió que llevarán al menor al médico fue un "deja de llorar, ¿que no eres hombrecito?", si sólo eso, el trayecto al médico se quedo callada y cuando ya estaban revisando al pequeño albino, quien desde el incidente no dejaba de llorar, fue lo único que dijo.

No podía entender en que momento su madre se había vuelto un completo martirio, pasó de largo sin siquiera responderle y esta le siguió el paso para su mala suerte. Estaba dispuesto a cerrarle la puerta en la cara de ser necesario, pero la rubia mayor fue más rápida e ingreso a la habitación sin problemas, frunció el ceño sin poder evitarlo.

─Venga hijo, no seas así─

Shu intentó ignorarla una vez más. Era difícil, pero podía hacerlo.

─Mejor has un favor y habla con tu hermano, desde que llega a casa se encierra en esa casa del árbol y no sale, no es que sea malo, pero tengo la sensación de que esta haciendo algo no debido─explicó.

El Sakamaki resopló con molestia, antes de agregar.─¿Si voy a verlo me dejas en paz?─preguntó ya algo molesto.

─Trato─aceptó la mujer mayor.

°°°

Se quedo mirando por un breve momento hacia arriba, sin poder evitarlo recordó que él y su hermano habían construido esa casita del árbol un tiempo después del incidente en el que el menor se cayó, incluso se acordaba que fue él, a insistencias del menor, quien le enseñó a trepar bien un árbol, el pequeño albino no podía estar más feliz.

Bah, recuerdos.

─Hey mocoso─le llamó sin necesidad de subir, más no obtuvo respuestas.─Subaru─le llamó más fuerte y nada. Y con el ceño fruncido comenzó a subir las escaleras que daban hacia la casa del árbol.

Llegó arriba sin problemas y rápidamente pateó la pequeña puerta de entrada, tal vez era por lo vieja o simplemente estaba floja, pero término tumbando la puerta. Poco le importo.

─¿Que no oyes que te estoy hablando mocoso?─le interrogó una vez le visualizó mirando por la pequeña avertura que llegaron a llamar "ventana".

─Pudrete, Shu─escupió el menor sin mirarle.

Aquello le hizo fruncir el ceño, bien sabía que el albino le había otorgado cierto rencor. Claro que nunca se molesto en preguntarse el porque de ello, después de todo su relación con Subaru hace tiempo que no era la misma.

Fue en ese momento que el mayor notó algo.─¿Qué crees que estas haciendo?─pregunto levemente serio.

─Fumando─respondió el menor como si fuera lo más normal del mundo.

─Tú maldito mocoso, que tengas 18 no te da derecho a hacer estupideces─

─¿Ahora te preocupo?─preguntó con sarcasmo el menor.

El rubio frunció el ceño y rápidamente se acercó para quitarle el cigarro, lo logró con todo éxito. El albino se esperaba que lo arrojará por la "ventana", más se sorprendió levemente al ver como éste le daba una fuerte calada al cigarro, para seguidamente sentarse en el suelo.

─¿Y a ti que rayos te sucede? Estas peor que la loca de madre cuando no nos encuentra a ninguno de los dos─

Shu lo escuchó más no le respondió y continuó dándole grandes caladas al cigarro, como si diese a entender que no era su primera vez fumando, aunque si lo fuera. Fue turno de Subaru en enarcar una ceja, aquel comportamiento por parte del mayor era raro de ver, bueno más o menos, ya casi ni lo veía, no podría definir el actual "actuar" normal de su hermano mayor.

─No se porque te cuento esto pero bueno, me encontré hoy con un Ishida─miró la reacción del mayor y pudo ver que se tensó.─Al parecer no fui el único, ¿con quien te topaste?─

Shu dudó un poco, pero al final decidió responder a la pregunta. ─Me encontré con la hermana, Ishida Yui─.

Un simple "uhmm" se dejó oír por parte del albino.

─¿Y tú con quien te topaste?─se aventuró a preguntar. Sabía que el trio Ishida que él conoció no eran los únicos en la ciudad, pero fue a los únicos que le intereso conocer. No conocía al resto.

─Uno de sus primos, Ishida Ruki─mencionó y tras eso se encogió de hombros.

Aquel nombre le sonaba y no entendió el porque, o eso en un inicio, finalmente lo recordó. Aquel sujeto era el líder del club de matemáticas, un nerdo en todo su esplendor y que lo había logrado sacar de sus casillas aún sin haber interactuado palabras con él, pero el simple hecho de escuchar hablar de aquel cerebrito por toda la universidad había sido suficiente para odiarlo, tanto que sería capaz de golpearlo si en algún momento se lo llegase a cruzar, si, a pesar de no haber hablado y/o convivido nunca. Era algo extraño y hasta estúpido, pero a Shu le daba igual.

Ahora un "uhmm" fue liberado por él y procedió a tirar por la ventana lo que quedaba del cigarro al que le había dado grandes caladas en busca de relajación, funcionó, pero no totalmente, quisiera poder fumar aún más pero la realidad es que no podría. No podía fumar, todo por aquellos supresores que se tragaba como si fuesen caramelos, podría ser algo irresponsable a veces...pero no en ese caso, bien sabía que tenía que cuidarse; aquellos supresores supuestamente tendrían que ayudarle, para no sufrir un celo que lo llevará a la locura total, agh odiaba ser un estúpido omega, ¿porque no podía ser un patético beta como su hermano menor? Era molesto.

Reaccionó y se dio cuenta que el albino no estaba, ¿se había bajado?, bueno daba igual había logrado lo que la molesta de Beatrix quería. Se encogió de hombros y al instante se puso de pie para igual bajar, sin embargo, un ruido lo detuvo y se giró para poder ver que era, una roca había impactado contra la casa, y debido a lo vieja que está era, logró prácticamente atravesarla dejando un hueco en la pared; aunque eso no era lo raro, una nota se encontraba adherida al objeto, con algo de duda se acercó y decidió tomar la nota de una vez por todas.

Si tan sólo lo hubiera ignorado.

.

.

.

🥀

Feliz Año Nuevo <3

ᴡ ʜ ʏ ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora