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Caminó con largos pasos por los pasillos de la universidad, yendo hacia un punto fijo, no tenía que perder el tiempo. No esta de más decir que estaba furioso, sólo quería encontrarse con ese sujeto, tanto era su concentración que ignoró a su amigo en el proceso.

Llegó al sitio donde esos patéticos amantes del deporte se reunían, más no encontró a la rata roja que buscaba, frunció el ceño y regreso de vuelta. Vaya la casualidad, se lo encontró justo en ese pasillo, tal parecía que se le había hecho tarde, ¿importaba? No, necesitaba hablar con él.

─¡Nakamura!─

Escuchó su apellido, para después sentir como era halado del brazo y llevado a otro lugar.

─¿Qué demonios te sucede?─espetó molesto el pelirrojo al saberse encerrado en un aula vacía con el rubio. Era el líder del club de baloncesto, haciendo bonus que era el mejor del club, Nakamura Ayato.

─Tú pequeña rata, quiero saber el porque de esta carta, ¿porque la hiciste llegar a mi?, ¿cómo conoces a los Ishida?─cuestionó al instante.

─Duh, todos conocen a los Ishida─habló Ayato como si fuera lo más obvio.─Además, ¿qué te hace pensar que yo se algo de esa carta?─.

─El sello de tu club esta en la esquina de la hoja─mostró el sitio.

─¿Y que te hace creer que soy yo el tipo que estas buscando? Cualquiera en el club podría haberlo hecho─habló serio.

─Eres el único imbécil que se vendería a esto sólo por comida─contraatacó Shu molesto.

El otro también se molesto, pues lo habían descubierto de una manera tan fácil. Maldijo por lo bajo a quien le pidió tal favor.

─Habla─exigió el rubio.

─¿Y si no quiero hacerlo?─le interrogó con burla Nakamura.

─Te patearé en los huevos─amenazó y el pelirrojo por instinto se cubrió la entrepierna.─Habla ya─.

─Bien─se rindió el amante del baloncesto.─Yo realmente no estoy bien enterado de esto, él me pidió que te hiciera llegar esa nota, yo lo hice, pero no se nada más. Si quieres saber tendrás que preguntárselo─se encogió de hombros.

─¿Él?─

El pelirrojo asintió.─Él, Tsukinami Shin─.

Shu lo proceso por un leve momento, antes de que su rostro mostrará sorpresa, ¿era en serio?

°°°

Ahora caminaba por los pasillos de la gran biblioteca de la universidad, estaba aún sorprendido, pero la molestia no tardó en llegar, ¿así que el responsable de ese juego de mal gusto era el novio de su amigo? Aún lo procesaba. Eso mientras continuaba avanzando en busca del aula escondida en aquel lugar, aula que el Tsukinami había optado por tomar como propia, todos sabían de ello, más nadie se molestaba en ir a descubrir a donde era, tal parecía que él sería el primero, él y el tonto de Nakamura, a quien había jalado consigo importándole muy poco sus reclamos.

Tras un momento más de búsqueda lograron dar con la puerta, el rubio no dudo ni un segundo en acercarse. Sin embargo...

─Espera─el pelirrojo lo detuvo.

─¿Qué?─preguntó molesto el rubio.

El pelirrojo le hizo una seña de que hiciera silencio...

Ah~