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Kino miró la hora, eran cerca de las 9 de la noche y eso le confirmaba el hecho de que el trio que se había ido a las afueras había llegado a tal lugar, miró el último mensaje que le había enviado Shin hace unos minutos atrás, donde le decía que hablarían más tarde pues estaban a punto de llegar a la estación.

Mentalmente se preguntaba si todo eso terminaría en falsa alarma otra vez, en parte no le gustaría pues había notado a su mejor amigo algo inquieto aún en la partida, conocía bien a ese Sakamaki, sabía que internamente el quería que eso no fuera una falsa alarma y para ser francos, él tampoco quería que lo fuera. Nadie quería que lo fuera.

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─Aquí tienen sus llaves─la dueña de tal lugar les entrego la llave para poder ingresar al que sería su hogar temporal.

Habían encontrado una posada cerca de la estación, aquel lugar consistía de la casa principal y otras casas más pequeñas que la acompañaban, lo suficientemente espaciosas como para que cupiesen una familia de 4 en ellas, y eso fue una buena oferta para ellos pues sólo pagarían por una. Una vez estando en su asignado pequeño hogar, decidieron conversar un poco respecto a lo que harían en su estadía ahí...

─Quiero investigar los alrededores mañana─habló Ishida llamando la atención de los otros dos.

─Yo también─habló al instante el Sakamaki.

─Bien, creo que haremos eso─Shin tras un momento de estar pensativo, cambio su faceta a una seria.─Será mejor descansar─.

Tomó sus cosas y mirando su celular se metió a la primera habitación que se encontró. Los que quedaron en la pequeña sala se miraron por una escases de segundos, antes de igual tomar sus cosas y buscar una habitación. Era suerte el hecho de que aquella casa que escogieron tuviese cuatro habitaciones.

A la mañana siguiente...

Ruki fue el primero en despertar, tenía el ceño fruncido todo causa de la mala noche que paso, no pudo dormir por culpa de cierto menor a quien se le había ocurrido la brillante idea de tener su sesión de sexo vía telefónica con su novio. Aún con el ceño fruncido se dirigió a la pequeña cocina del lugar, tenía la leve sospecha de ser el único responsable en ese lugar por lo que optaría por hacer él el desayuno.

Mientras lo hacía escuchó dos puertas abrirse, al parecer los otros dos ya se habían levantado; no se equivocó, en escases de segundos tanto Sakamaki como Tsukinami se dejaron ver en la cocina, el pelisalmón estaba tan relajado y hasta podría jurar que estaba feliz, por su parte el rubio, y al igual que él, tenía el ceño fruncido, al parecer tampoco pudo dormir.

─Buenos días─saludó alegre el causante de todo.

─¿Qué tienen de buenos?─contraatacó el Ishida sin dejar de hacer su labor de preparar el desayuno.

Éste se mostró confundido hacia el malhumor de sus compañeros y Shu no soportándolo más lo hizo reaccionar.

─No nos dejaste dormir, eres la causa de nuestro malhumor, idiota─dijo molesto.─A ver si ya controlan esas hormonas, no quería escucharlos gemir otra vez─.