Ilusión

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Temprano en la mañana, antes de que cualquier despertador sonará, antes de que los pájaros cantarán, se levantó aquel que no podía seguir descansando, los nervios de tener todo encima le iba a dar una crisis. Su tercer año había comenzado, para algunos era el fin de una época, para otros era el inicio de sus vidas, donde aquellos cumplirían la mayoría de edad por lo que se volverían un tanto más independiente, para él solo era un año más, con la misma meta de los años anteriores, desde su infancia con la misma meta que comparte con su mejor amigo "Ganar las Nacionales", era alcanzable para todo aquel que se esforzará al máximo, debido a que el que se esfuerza siempre tiene una recompensa, por ello este año, con un nuevo título en su equipo, con el apoyo de sus amigos y con el espíritu de ganar conseguiría todo lo que se proponga.

Con todas las ganas que le daban iniciar su nuevo año escolar, se propuso a trotar antes de que iniciara la ceremonia de apertura, se propuso cambiar su estilo de vida, sin sobre esforzarse demasiado, trotar en las mañanas, comer a la hora, entrenar y estudiar, para ser el mejor de su clase y poder tener aquello que siempre quiso.

Quince minutos llevaba cuando sintió su celular vibrar, se detuvo en un parque que le resultaba poco familiar para poder responder tranquilamente y poder elongar antes de su regreso a casa, empezó a ver a su alrededor y se impresionó por la belleza de las flores que se encontraban en ese lugar, saco la más bella y se la puso en su pecho para luego abrir el mensaje que le había llegado.

"Mierdakawa, espero que no estés haciendo ninguna estupidez, vine a tu casa como me lo pediste, donde mierda estas?"

Una sonrisa se poso en su rostro, era impresionante como aquella persona, gruñona y sin poco tacto, lo haya enamorado a tal magnitud que un mensaje sin el mayor signo de dulzura lo hiciera sonreír como a un tonto.

- El amor nos vuelve locos muchacho - susurraron cerca de su rostro, pero no logro divisar a nadie.

Giro completamente para observar todo a su alrededor para ver aquella persona que escucho pero nada. Contestó con un pequeño mensaje y retomo su trote para llegar a su casa, se le hizo más pesado y se sentía somnoliento, un peso sobre sus hombros lo detenía en lapsos de tiempo, hasta que después de media hora logro llegar a su destino.

- Shittykawa, me dices que me necesitas urgente y ni estabas- gruñó apenas sintió la puerta de la entrada abrirse.

- Iwa-chan - Comentó antes de desplomarse sobre la entrada de su propia casa.

- ¡OIKAWA! - Corrió rápidamente a su lado - Reacciona, ¿que sucedió? ¡Señora Oikawa se encuentra! -

Gritaba pero sin ser escuchado, tomo en brazos a Tooru y lo llevo a su habitación, algo en su interior le decía que no estaba bien, Oikawa no era así de desmayarse, y siempre habían personas en su casa, era todo muy extraño, hasta que recordó el día en el que estaban, todos los centros de educación tenían ese día para entrar a clases, se maldecía internamente por no haberlo previsto, era obvio que cometería idioteces al ser el nuevo capitán, pero se sentía un idiota por no haberse dado cuenta, lo disimulo tan bien que ni el que era su mejor amigo lo había notado.

- Un sacrificio tendrás que dar para salvar a quien amas más-

- Que mierda fue eso - giro para ver a su alrededor- ¿Quién está ahí? -

De repente una fuerte brisa lleno la sala de estar, donde se encontraba, y de una niebla apareció una anciana, Iwaizumi la miro de pies a cabeza, debe estar soñando porque todo era demasiado extraño.

-¿Quien es usted? -

-Mi nombre no es de importancia - comenzó diciendo.

- Entonces, ¿Qué hace aquí? No es su propiedad-

- tampoco la suya, jovencito, si no del muchacho que se encuentra arriba -

- le repito la pregunta, ¿Qué hace aquí? -

- Ese estúpido niño le hizo daño a mis plantas, quiero una compensación-

- ¿Cuánto quiere? -

- oh no cariño, no es lo que yo quiero, si no lo que tu tienes para ofrecerme-

- No tengo dinero, señora aprovechadora - hizo una mueca de disgusto.

- Dinero no es lo único que puedes ofrecer -

- ¿Entonces? -

- Puedes darme tu memoria o la de tu amigo -

- No le daré mi celular vieja loca - la señora chasqueo la lengua y frunció su ceño

- Cuidado con lo que dices, todo tiene un límite, ahora decide tu amigo o tú-

- No se a que diablos se refiere señora - reclamo - si me dice específicamente lo que quiere puedo dárselo -

- Te lo explicaré niño para que entiendas, este mundo se maneja principalmente por lo que uno tiene en la memoria y las emociones son parte fundamental para formarla, sin ella te encontrarías en el limbo, entre la perdición o salvación, te estoy ofreciendo entregarme la tuya o la de tu amigo, además, podríamos hacerlo más divertido, te ofrezco una solución para que con las acciones correctas puedas recuperar aquello que te pido, debido a que esta incrustado en nuestro ADN toda aquella información que hemos vivido a lo largo de los años, así se hará más divertido y olvidaré como tu amigo destrozo mis hermosas plantas -

- ¿Solo uno perderá la memoria? -

- Así es muchacho, puesto que son mejores amigos, será sencillo vencerme en este juego -

- No quiero que Oikawa me olvide -

- Ya lo has dicho, serás tu quien la pierda - debajo de su atuendo empezó a salir un humo negro toxico - un ultimo detalle que no esta de más decir, no todo es literal muchacho y los tratos con una bruja tienen más trabas que soluciones, espero que puedas reconocer a quien te robo el corazón.

Lo último que alcanzo a divisar fue una luz cegadora y despertó en una habitación llena de póster de godzilla y objetos de voleibol.

Continuara....


ᴇxᴏᴛɪᴄ ᴍᴜᴛᴀᴛɪᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora