4| Irascible

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Schwangau, Alemania
14 de junio, 2012

Lo vi sentado al lado del borde de la barandilla y me acerqué con una sonrisa a contarle mi más reciente descubrimiento. Había esperado semanas para poder hablar con él sobre lo que había encontrado en los laboratorios y por fin tenía una oportunidad.

— Encontré una manera... o eso creo.

— No quiero escucharla —. Respondió sin voltear a verme.

— Llevan varios años sin hacerte ese horrible lavado de cerebro, lo sé, pero no sabemos cuándo será que lo hagan de nuevo —. Se mantuvo en silencio —. Prácticamente eres lo único que tengo, mi único amigo y te dije que buscaría la manera de ayudarte. Encontré unos documentos en el archivero de mi padre, no los vi, pero tenían tu nombre, puedo traerlos en algún momento si quieres, tal vez digan algo que te ayude a recordar.

— Escucha, no recuerdo una maldita cosa de mi vida y ya ni siquiera me importa, no sé quién soy en realidad...

—Pero yo te voy a ayudar y entonces...

— ¡No quiero que me ayudes! —. Gritó haciendo que me sobresaltara —. Me importa un carajo si borran mi memoria y todo lo que hay en mi cabeza, estoy harto de todo y de todos.

— ¿Te importa un carajo que borren todo, aunque yo esté incluida en eso?

— Sí.

— Bien.

Bufó—. Lia, lo siento, sólo estoy cansado.

Manhattan, Ciudad de Nueva York
30 de enero, 2015. Actualidad

Estaba impresionada de tenerlo frente a mí, habían pasado un año aproximadamente desde que había
hablado con él por última vez.
Estaba en silencio intentando asimilar el tenerlo de frente. Él tampoco decía nada.

—Te cortaste el cabello. Te ves...

— ¿Increíblemente atractivo?

— Diferente es lo que iba a decir —. Respondí dando media vuelta.

— Ha pasado un tiempo, Lia.

Escuché como se acercaba para finalmente detenerse a mi lado.
Me sentía extraña, confundida. Por un lado, quería golpearlo, estaba molesta, dolida y quizás
tenía un poco de resentimiento guardado, pero por otro lado también quería abrazarlo, decirle
que me sentía feliz de que siguiera con vida y que estuviera libre.

— ¿Cómo me encontraste?

— ¿Olvidas que fui entrenado precisamente para encontrar personas?

— No, no lo olvido.

— Quería darte algo —. Dijo sacando de sus bolsillos un collar con un cuarzo azul —. He
estado recuperando ciertos recuerdos de mi vida, de quién soy o de quién fui y entre las cosas
que han regresado a mi cabeza estabas tú. Recuerdo que cuando tenías oportunidad de salir
recogías pequeños pedazos de cuarzo que encontrabas en el camino solamente porque te
gustaba que eran transparentes, también sé que te gusta el color azul entonces quise combinar ambas cosas —. Extendió su mano y tomé el collar —. Feliz cumpleaños.

— Mierda... —. Susurré limpiando con disimulo una lágrima.

— ¿Dije algo malo? No fue mi intención.

— No, está bien, yo... desde que tenía diez no recibía un regalo de cumpleaños. Gracias,
James.

— No es nada. Quería verte, hablar contigo.

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⏰ Última actualización: May 05, 2023 ⏰

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