Obsesión despiadada

Cap: 2 ¿Quién es él?

—¡Pues no lo sé, Nati! —ya me estaba irritando.

—Real Nicky, fue súper mala onda que se hayan ido... los chicos las están buscando un mundo. —dice desde el otro lado de la línea.

—Si te refieres a Lucas y Matt, más bien estarán buscando a Dayi y ya te he dicho que se ha ido. —puntualizo casi susurrando.

—¿Porqué hablas tan bajito? ¿Estás asaltando un banco o que cosa?

—No, boba. —contesto igual de humorística. —Te hablo desde el trabajo y si el malhumorado de mi jefe, me descubre, estoy muerta. —le aclaro encerrada en uno de los cubículo del baño, sentada sobre la tapa del retrete.

—Que mala onda. ¿Y mi súper cuñis también trabaja ahí?... ósea, está embarazada no puede trabajar.

—No, ya te he dicho que se ha ido.

—¿Dónde, boba? ¡No es divertido! Además... también te están buscando, Erick está preocupado por ti.

—¿Erick? —repito sorprendida. —¿Después de cómo acabaron las cosas, él...?

—Para que veas... aún después de que fuiste una grandísima bitch con él, te sigue queriendo. —su tono no es ofensivo, así es Nati de directa.

Además tiene razón, estuve con Alex mientras tenía novio y Erick era un buen novio la verdad. Tan buen novio que era aburrido.

—Dile que estoy bien, Nati.

—¿Lo estás? Sabes que te quiero mil, Nicky... aquí está tu familia y todas las personitas hermosas que te queremos...

Escucho como alguien le arrebata el teléfono.

—¡Joder, puta mieda, Nicol! —es Lucas. —¡Por lo que más quieras, dime dónde están!

—Ella está bien, Lucas. —sé que necesita escucharlo.

—¡Ni que está bien ni una mierda! ¡Han pasado tres meses y lleva mi hijo dentro! ¿¡Porqué coño se fueron de la nada!? ¿¡Cómo diablos puedes apoyarla en esta locura!?

Se escucha furioso.

—Te calmas o te quito el celular. —alguien le advierte de fondo, identifico que es la voz de Matthew.

Matthew no necesitaba gritar para imponerse, con solo mirarte y emitir palabras precisas podía doblegar a quien fuera.

—¡No me pidas que me calme, joder! —los escucho discutir...

Lucas jamás se doblega ante nadie, incluyendo a Matt. Al principio lo odiaba, realmente lo detestaba porque es un maldito infeliz con aires de grandeza pero admito que amo la manera en la que se portó al final.

—¡Oye floja! —alguien irrumpe en el baño.

Reconozco su voz pero no contesto, guardando la esperanza de que no me descubra y se marche.

—Ya sé que andas escondida aquí. —insiste inspeccionando el lugar.

aún no cuelgo la llamada.