Te reto a (no) besarme | ✔

4. Comamos todos juntos dijo Jesús

—Salimos por unos 40 minutos y tú ya te estás matando, MarieJenn —me reprende Mónica cuando gira mi rostro de un lado a otro para ver la herida en mi labio. Su gesto se arruga y deja salir un suspiro, negando con la cabeza— Sé que mi casa es grande, pero aún se pueden encontrar cadáveres, ¿sabes?

—Mi culpa es ser torpe.

—Tu culpa es ser ciega. ¿Cómo vas a ir al baño con la luz apagada?

—Me había olvidado algo ahí cuando Declan y yo salimos. No creí que fuese necesario.

—Con esta herida, te recordarás por dos semanas lo necesario que fue.

—Claro.

«Maldito Declan»

—Vale, ya está —anuncia, cerrando la botellita de crema que puso en mi labio— Por favor, no trates de matarte para la próxima —me sonríe y yo asiento. Bajo de la encimera y me trago el gemido de dolor en mi espalda para que Mónica no pregunte.

—Creo que ya es hora de irme.

—¿No te dieron permiso hasta las 12?

—Sí, pero-

—Recién son las 10 y media. ¿Qué te parece si cenamos y le digo a Kaden que te lleve a casa? —pregunta entusiasmada.

Antes de que pueda responder, diviso a Declan entrar a la cocina. Mi cuerpo se tensa un poco ante su presencia y volteo para darle la espalda. Intento luchar contra el erotismo y perversión que emana de él, y me obligo a olvidar lo que sucedió hace un rato. «Sólo pasó y ya»

Sabe lo de Kaden.

«No creo que sea capaz de-

—¿Deseas algo, Declan? —habla Mónica, observándolo.

Claramente yo tengo la mirada esquiva. Joder, que vergüenza.

—Los chicos preguntan si la cena está lista. Kaden te está esperando, Mónica.

—Oh, que lindo. Él me ayudó a hacer la comida esta noche. Tienes buenas habilidades culinarias.

—Sí, ha de ser bueno en muchas cosas. ¿No es así, MarieJenn?

—¿Qué? —alzo la mirada en su dirección.

—¿Kaden es bueno en algo más que no sea nalguear pavo?

—¿Por qué me lo preguntas a mí?

Se encoge de hombros.

—Ya que eres su mejor amiga, puede que lo conozcas más. Tanto emocional como físicamente, ¿no?

—¡Bueno! —grito en la última palabra para obtener la atención de Mónica, quién tiene el ceño un poco fruncido— ¿Quieres que te ayude en algo?