Capítulo 2
Los días habían pasado, por suerte había terminado todo el material escolar para la siguiente semana, así que esa mañana ahí estaba decorando el departamento con tranquilidad, sin presiones solo disfrutando de su pequeña que parecía muy emocionada mientras sacaba las demás esferas.
—Mami, yo quiero poner la estrella ¿sí?
—Nadie más que tu podria ponerla mi amor —dijo con una sonrisa mientras colocaba con cuidado las luces alrededor del árbol— ese es el trabajo más pesado
—¿De verdad? —preguntó asombrada— ¿por qué cuando estaba chiquita no lo ponía?
Sonrió ante su ternura— Bueno porque cuando estabas bebé no poníamos un árbol así de grande y además tu no podías tomarla con tus manitas, pero ahora que eres toda una niña grande puedes ayudarme y puedes hacerlo
—Ah ¿y por qué papá no está aquí ayudando? —preguntó colocando algunas esferas en la parte que apenas alcanzaba.
—Bueno... —murmuró algo incomoda— porque tu papá está de viaje y no sé cuándo vuelva, pero ya sabes que te quiere mucho
—Si, yo también lo quiero, pero no ha venido a verme hace muchos, muchos días
Dejó lo que estaba haciendo y se hincó frente a ella— Lo sé mi amor, tu papi no puede venir tan seguido, pero si le he enviado fotos tuyas. Por ejemplo, ya le envíe la foto que te tomaste con Santa y dijo que hablará con él para que te traiga todos los regalos que pediste —dijo besando su frente— porque eres la niña más dulce y buena del mundo y los dos te amamos
—Mami ¿por qué estas triste? —preguntó tomando con sus manitas su rostro— ya no voy a estar triste ¿sí? ¿podemos hacer un pastel? Eso nos pone contentas siempre —sonrió aún más.
—De acuerdo, pero tú me ayudaras a decorarlo y... —En ese momento el timbre comenzó a sonar— iré a abrir y tu cuida que Luna no esconda las esferas —así se puso de pie y se alejó hacia la puerta viendo por mirilla quien tocaba. Respiró profundamente pues era su apuesto vecino arrogante— Hola... —dijo al abrir al abrir la puerta.
—Buen día —Dijo mostrándole una adorable esfera navideña con cristales de colores y en el centro de cada lado una "S" dibujada— antes que me digas que no, no es para ti, es para aquella adorable señorita —Sonrió entrando sin más— hola Chibi Chibi
—Hola... —Sonrió al verlo. Había terminado con las esferas, pero todas hasta donde ella alcanzaba, prácticamente menos de la mitad del árbol— ¿te gusta mi arbolito?
—Definitivamente el más lindo que he visto, pero se verá aún mejor con esto —dijo mostrándole la esfera— la encontré por ahí y pensé en ti
—¿Es para mí? —dijo extendiendo sus manitas, pero al instante volteo a ver a su mamá— es muy bonita, pero mi mami me ha dicho que no acepte cosas de desconocidos
—Yo no soy un desconocido, soy tu vecino y me llamo Seiya y tu mami no dirá que "no" ¿verdad? —Volteó a verla con seriedad.
Hizo una mueca, ese hombre sí que sabía cómo ponerla de malas— Esta bien Chibi Chibi puedes tomarla, es un regalo que te trajo
Al instante la pequeña sonrió y tomó aquel objeto— Es muy bonita, gracias —dijo mirándola con detenimiento— wow tiene conejitos dibujados, me encanta
Sonrió acariciando su cabeza— En cuanto la vi pensé en mi adorable vecinita que parece una linda conejita y dije "esa esfera debe ser de esa princesa dulce y tierna"