Contratos de muerte

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Ho-hola! antes que nada quiero disculparme por no publicar Creepypastas por un laaargo tiempo, lo que pasó fue que me olvidé la clave de mi Wattpad y por lo tanto, no pude publicar, Prometo compensarselos hoy mismo.

Les dejo con la Creepypasta:

Dicen que cuando morimos, la vida pasa ante nuestros ojos, pero esto no es cierto. Soy joven, y tengo cáncer, eso me ha hecho sensible al mundo espiritual, o eso creo, porque ya he visto ambos lados de la moneda.

La mañana del pasado lunes, me desperté mareado, sintiendo mucho dolor y comencé a vomitar por lo que terminé cayendo de la cama, la quimioterapia está acabando conmigo. Pero cuando estaba en el suelo me di cuenta de algo muy extraño en la habitación del hospital donde me internaban, todo parecía en color sepia, la habitación estaba sucia, muy sucia. Era como si nadie hubiera estado ahí en años. Como no conseguía ponerme de pie, me incliné sobre la cama y me levante, pero con mucha dificultad. Me sentía muy vulnerable con esa vieja bata verde y con mi trasero expuesto.

Salí de la habitación y comencé a caminar por el pasillo, todo estaba diferente, pero el hospital no estaba vacío, había muchos pacientes, algunos estaban apoyados en las paredes, tirados en el suelo e incluso arrastrándose. Era una visión del infierno, literalmente. Entré en la sala de pediatría y había muchos bebés, lo que era muy extraño, ya que se trataba del infierno, o de un sueño muy loco. Coloque mi mano sobre el hombro de una niña que estaba de espaldas a mí, para preguntarle qué estaba haciendo allí, pero cuando la toqué, ella se dio vuelta y pude ver su rostro deformado. Definitivamente no era humana, tenía los ojos muy grandes y saltados, como si tuviera ganchos sujetándole los parpados, su piel era de un rojo muy profundo y se caía a pedazos. Muy asustado di unos pasos hacia la puerta, para volver al pasillo, pero la niña me tomó del brazo, su mano estaba helada, a pesar de su apariencia quemada.

– “Vamos a dar un recorrido por aquí”.

Me di cuenta de que no era una pregunta. No tenía elección.

Ella me sacó del corredor y comenzamos a pasar por algunas puertas, como si fuera una guía turística, me explicaba por qué las personas entraban ahí, o porqué serían castigadas. Y me habló de mis elecciones.

– “Cuando se está muy cerca de la muerte, como tú. Hay que seguir algunos pasos como: meditar sobre nuestro comportamiento, lo que deseamos para otros y las consecuencias de nuestras acciones. En realidad deberíamos pensar en eso toda la vida, pero no, no estoy hablando de religión. Con certeza tú ya pensaste en cómo y cuándo morimos, ¿a dónde vamos? No se trata de un seguro de vida, sino por el contrario, siendo un seguro de muerte, estoy aquí para ofrecer”.

Me llevó a una puerta roja que parecía ser una especie de recepción, cuando entramos, había una fila enorme que no tenía fin. Y ella continuo explicando: “Estas personas, todas ellas, están en el purgatorio, que es justo dónde estamos. Ellos están esperando para entrar en el cielo. El negocio arriba es muy burocrático. Todo abuso que tuvieras durante la vida tiene que ser pagado después de morir. Por ejemplo, tú tienes cáncer de pulmón, y fuiste tú mismo quien lo causó, no nosotros. Por eso debes pagar, y cuando digo pagar quiero decir que tu alma se debe quedar en el infierno durante un tiempo.”

“No pienses ni por un segundo que es bueno, mucho menos fácil. Aquí abajo somos una sociedad cooperativa, yo pago mis pecados, que son leves, llevando a los turistas para que le den una ojeada a los contratos de la muerte, otros que fueron mentirosos, abusivos y egoístas, tienen que pagar de una forma mucho más sádica, ellos deben torturar a los pedófilos o asesinos, o serán torturados de la misma forma”

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