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NARRA LISA.

"Beep, beep, beep"

Maldito despertador, qué hace sonando a las siete de la mañana?
Mi mano fue a estrellarse con el botón de apagar, pero al parecer calculé mal mi fuerza y lo rompí en el intento, por lo que el sonido se hizo más agudo.

-No, no, no... Mierda. -Al incorporarme en la cama, agarré el despertador entre mis manos intentando apagarlo, pero no funcionaba, cada vez sonaba más y más fuerte hasta que la puerta de mi habitación se abrió, mostrando una Rosé despeinada, refregándose los ojos con los nudillos.

-¿Que mierda pasa? Apaga ese cacharro.

-No sé cómo hacerlo, ¿no crees que lo hubiese parado ya? Encima esta mierda es solar no puedo quitarle las pilas porque no tiene.

Alguien más irrumpió mi habitación. Sunmi avanzó hasta mi con los ojos entrecerrados al estar la luz encendida por culpa de Rosé, cogió el despertador y con fuerza lo estrelló en la pared, causando así que dejase de sonar.

-Mejor así. -Sonrió y se dejó caer en mi cama, echándome a un lado y acurrucándose con mi almohada.

-Lee Sunmi, sal de mi cama, joder. -Me quejé, intentando recuperar mi espacio del colchón.

-Que te jodan por despertatme, de todas formas tienes que ir a trabajar, perdedora. -Me sacó el dedo del medio para seguir acurrucada entre mis sábanas. Una risita de Rosé hizo que le mirase seria y ella dejase de reír al momento.

-Perdon, perdón, olvidaba aue despiertas con un humor de perros...

Y así desperté el día 24 de diciembre, el día en el que tenía que trabajar antes de que tuviese oportunidad de ir a ayudar con todos los preparativos a la casa en la que estuve viviendo gran parte de mi vida, pero antes de eso... con el dinero que me diesen, iba a comprarle a Nini su regalo de Santa Claus.

Al entrar a la imprenta, hablé con el encargado y después de ponerme un abrigo bastante gordo con el logo del periodico, cogí una de las bicicletas para ir repartiendolo. Parecía mentira, porque era el día antes de Navidad y la gente estaba tan metida en sus teléfonos, en sus propias vidas, que no se daba cuenta de que por fm llegaba la Navidad.

Que vale, que esta bien si es un día inventado para vender objetos... Pero al menos en ese día las familias se unen aunque sea para cenar, ¡Mis abuelos iban a venir desde Tailandia a cenar en familia!

En la bicicleta sentía como mis pomulos quemaban del frío tan asolador que hacía en Busan a aquella temprana hora, pero yo seguía repartiendo los periódicos, que no eran pocos, y estaban cargados en mi mochila y en los laterales de la rueda trasera.

Después de largas horas recogiendo y repartiendo los malditos periódicos, terminé mi tarea, recogí el poco dinero que era mi salario seguro de cada día y caminé en busca de algo que comprarle a Nini.

Llevábamos unos tres días sin hablar, le escribía mensajes y ni siquiera los respondía, solo me aparecía ese maldito tick azul de que lo había leído. Pasé delante de una tienda que vendía un sueter bastante bonito de Santa Claus en relieve con brillantes rojos en su traje. Casi puse un pie en la tienda hasta que escuché unos gemiditos muy leves, ¿qué mierda?

Intenté buscar con la mirada de donde venía aquello, era de un animal, pero no sabía la posición de este, ¿qué le estaría pasando? Localicé una caja de cartón al lado de un contenedor, y esta caja se movía un poco, así que fui a ver de que se trataba.

Abrí las solapas de cartón lentamente para encontrarme con un pequeño cachorro que me miraba fijamente, supuse que estaba temblando de miedo, pero no, es que hacía bastante frío. Era muy pequeño y peludo, de un color café.

-Oh, joder... ¿quién te ha dejado aquí...Intenté verle por los lados comprobando extrañamenre el sexo del cachorro....pequeño?

Una bombilla se encendió en mi cabeza, y es que ya tenía regalo para Jennie, lo único que necesitaba ahora es llevarlo a un veterinario y comprarle las cosas para poder vivir. Lo miré con el ceño fruncido, nunca había cargado un perro, yo definitivamente más de gatos.
El pequeño cachorro intentó salirse de la caja para ir hacia mí pero se lo impedí con una de mis manos.

-Oh, no... cuando te pongamos todas las vacunas en un momento entonces te cobijaré en mi chaqueta, pequeño, pero mientras no.

Le sonreí y él solo ladeó la cabeza como si quisiese entenderme.

Aquel gesto me recordaba a alguien...

En menos de una hora el pequeño peludito ya estaba en el interior de mi chaqueta y yo con mi brazo tratando de que no se cayera de allí. Con la otra mano sujetaba la bolsa con todos los utensilios para el pequeño, comedero, bebedero, juguetes, una camita pequeñita...

Después de unos largos minutos con el pequeño revolviéndose en mi chaqueta, llegamos al apartamento y el olor a café me inundó las fosas nasales, pero... antes de desayunar, debía ponerme en contacto con alguien.

Lisa 11:14 - Mudita.

Jennie 11:17 - ¿Qué quieres, Lisa?

Lisa 11:17 - ¿Sigues molesta?

Jennie 11:18 - Sí.

Lisa 11:19 - Vaya, entonces tendré que darle tu regalo a Rosé y que lo venda por Amazon. ¡Adiós!

Jennie 11:19 - ¡NO! Espera, ¿tienes un regalo para mí? Lisa, yo no te compré nada...

Lisa 11:21 - No te he preparado un regalo para obtener uno a cambio, sino para ver tu carita de felicidad. ¿Nos vemos en un rato?

Jennie 11:22 - Oh... Claro, voy vistiéndome y espero tu piedra en mi ventana.

Lisa 11:23 - No voy a poder subir la tubería con tu regalo... Así que mejor bajas y te lo doy en el coche, ¿sí?

Jennie 11:25 - Perfecto, no tardes.

Sonreí al ver el último mensaje que recibí, estaba realmente impaciente por recibir el regalo y...

-¡ESTA BOLA DE PELO BABOSA ME HA DESHILACHADO MI ]ERSEY FAVORITO! -Escuché la voz de Sunmi proveniente de su propia habitación, me asomé y vi al perrito sentado encima del jersey inservible ya con la lengua fuera mirando hacia la puerta.

-Eso te pasa por dejar la ropa tirada por ahí, no será la primera vez que me encuentro uno de tus tangas en el suelo, imbécil. Ahora aparta de mi perro que me lo traumas con tus gritos. -La aparté del cachorro y lo cogí para volver a colocarlo en mi chaqueta.

Volví a coger todas las cosas, bajé por el ascensor escuchando como el cachorro lloraba en el bolsillo de mí sudadera, por debajo de la chaqueta, lo saqué un momento una vez en la calle sonriéndole.

-¿Qué ocurre, ojitos saltones? -Me miró frunciendo su pronunciada frente y luego bostezó, yo sonreí y di un pequeño beso en su nariz.- Tu nueva dueña te va a encantar. Bueno, a mi me encanta.

Me sonrojé ante lo que acababa de decir, ¿Por qué habría dicho eso a un perro?

Me subí al coche dejando al perrito en el suelo del asiento del copiloto, arranqué y me puse en movimiento. Bastaron unos minutos para que pudiera estacionar en la puerta de la casa de Jennie, toqué varias veces el claxon hasta que vi que ella salía con un chaquetón gigante, llevaba el cabello recogido en dos moñitos. Estaba preciosa.









.....

Hola, les actualizo por que me lo estaban pidiendo jsjs .

También por que dije hoy, hay que actualizar por que es mi cumpleaños, quería subir el capitulo 18,(por qué cumplo esa cantidad). pero aún no vamos ahí .bueno ni modo .

Disfruten y voten plis... Comenten mucho me gusta leer los comentarios.

Att :EL

~CaO§   -Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora