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-¡Eh, Yoon! ¡No, no, no! -Se escuchaba la voz de Lisa desde donde yo estaba, mi habitación. Sostenía un libro entre mis manos mientras esperaba que acabaran de hacer sus cosas, ya que Lisa había prometido a mi hermano jugar a algo después de cenar.

-¡JAJAJA! ¡TE HE GANADO! -Sonreí ante la risa contagiosa que soltaba siempre Yoonkyu y bajé por las escaleras, fue entonces cuando encontré a Lisa sentada en el sofá del salón, con el mando de la tele y él frente al ordenador.-¡Le he ganado, JenJen, he ganado a Lisa!

-Bueno, eso es solo porque soy una mierda jugando a eso... La próxima no ganas.

-¡Me debes diez wones! No se dicen palabrotas... -Lisa alzó las cejas mirando aa pequeño y yo me reí de ella, había perdido dos veces esa noche.

-Vale, toma... -Sacó la cartera de su bolsillo y le ofreció el dinero con un puchero, Yoonkyu lo contó sonriendo, mientras se sentaba en el sofá a su lado-. No, no, no, ahora vas a lavarte los dientes y a dormir. Demasiado ajetreo por hoy y mañana tienes clases.

-¡No! ¡No quiero dormir! Quiero quedarme...

-Va, enano, no me hagas repetírtelo otra vez. Dientes limpios y a dormir. -Lisa mostraba un semblante tan serio que casi no parecía ella, Yoonkyu me observó, buscando ayuda, pero yo negué con la cabeza y señalé el baño.

Cuando mi hermano pequeño se lavó los dientes, ambas lo pusimos a dormir y después fuimos a mi habitación. La sorprendí cuando fui hacia mi cama hecha y sacudí fuertemente el edredón, de una forma que parecía que no había estado hecha antes.

-¿Qué haces?

-Me... me.... me da ansiedad si... me da ansiedad si las sábanas... ya sabes...

-¿Te aprietan?

-Me aprietan. - Ni siquiera sé porque hice el mismo ritual que hacía con Clara, el de repetir lo que quería decir si ella acababa la frase, pero no pareció incomodarle.- ¿Tú... quieres...? -Señalé la cama con timidez extrema, sintiendo como mis mejillas se teñían de rojo.

-Oh, claro. -Me mostró una sonrisa y se desató sus botas para meterse a la cama conmigo. Nos quedamos las dos mirando el techo en silencio total, ella no se acercó mucho por si me molestaba, lo noté por la distancia que dejó.

La miré y sus ojos estaban algo adormilados, era normal, seguro que el haberle despertado la noche anterior le había causado insomnik... Era estúpida, no tendría que haberla llamado. Su rostro se giró hacia el mío y con una valentía que no sé de dónde saqué pasé el brazo por su abdomen, y me abracé a su cálido cuerpo.

-Gracias. Por... por ayudarme siempre... Aunque n-no sé ni porqué lo haces.

-Porque todo el mundo necesita una mano que le saque del mar antes de que se ahogue. -Su mano estaba acariciando mi larguísima y estropeada melena, supe que me estaba mirando el pelo porque sus caricias a veces paraban. -¿Qué tal si...

-No... no... no me gusta que... que un desconocido toque... toque mi pelo... -Moví un poco la cabeza, pudiendo escuchar ahora su corazón en mi oreja izquierda. Iba rápido.

-Puedo hacerlo yo, entonces. -Levanté ligeramente mi cabeza para mirarla y vi que me miraba con brillo en sus ojos. Yo me encogi de hombros.

-Hazlo...

Asintió y ambas salimos de mi cama para ir hacia el baño, no quería pensar mucho en lo que íbamos a hacer, yo solo quería verme bonita, quería realmente un cambio. Intenté mantener la calma cuando vi cómo sacaba las tijeras del primer cajón. Con su teléfono empezó a buscar algo en google y vi que leía concentrada, sonreí al leer en el buscador: "cómo cortar el pelo a otra persona".

-Vale, primero vamos a mojarte un poco el pelo. -Dijo asintiendo. Sin esperar más, puse la cabeza bajo la ducha, para que solo mojase mi pelo.

Una vez mojado, Lisa me indicó que me sentara en el taburete frente al espejo del baño. Con unas pinzas recogió todo mi cabello menos una capa inferior, allí cortó, y después repitió el proceso por capas por todo mi pelo. Cerré mis ojos, notando que mi respiración iba más pesada ahora que antes, pero entonces escuché su voz.

-Respira, no lo olvides. Respira hondo... -Cogí aire y lo solté lentamente- Bien, Nini.

Me pasé el resto del tiempo con los ojos cerrados, concentrada en el sonido de las tijeras y finalmente del secador. Todo aquello llevó bastante tiempo, porque la media noche ya casi llegó. Con un cepillo hizo hizo algo en los costados de mi cabello, pero no supe lo que era hasta que abrí los ojos y vi que estaba ondulándolo con el secador. Ahora mi cabello llegaba por mi pecho y se veía realmente sano, no pude evitar sonreír ligeramente.

-Estoy...

-Estás hermosa. -Soltó casi inconscientemente y yo sonreí, mi corazón destrozado también sonrió.

*********

A la salida del instituto, no vi a Rosie, así que decidí irme caminando aprovechando que hoy no estaba nevando y el sol estaba fuera. En la puerta del colegio miré a ambos lados de la calle: si iba a la izquierda iría a mi casa, pero si iba a la derecha llegaría al apartamento de Lisa. Quizás... Sí, iba a sorprenderla, ¿por qué no?

Iba de camino a su apartamento cuando pasé por una floristería que me llamó la atención. Había una flor en especial, una especie de girasol amarillo que me recordaba a Lisa, puede que fuera por el brillo que desprendía o que el color se asemejaba al debsu cabello, pero acabé saliendo de la tienda con aquella flor en una especie de ramo bastante casero, no tenía dinero para más pero me parecía un bonito detalle.

Caminando con pequeños saltitos, divisé por fin el portal del edificio donde residía Lisa, pero mis pies parron al ver que ella ya estaba allí, y no sola. El chico repulsivo tenía un brazo rodeando su hombro y me miraba con una sonrisa burlona mientras me acercaba a ambos. Me temblaban las piernas.

-Jennie, ¿qué haces aquí? -preguntó Lisa con una mirada de desagrado, yo bajé la mirada a mis pies e intenté hablar, pero no sabía que decir.

-¿Qué es esa idiotez que llevas ahí? -Preguntó el chico, tirando de la flor de entre mis manos para mirarla con asco-. Mira lo que había comprado la muda para ti, amor.

El nudo de mi garganta creció por aquella burla, pero fue la carcajada de Lisa lo que hizo que mis ojos se llenaran de lágrimas. ¿Por qué se reía?

-¿Esto es para mí? Cuándo te vas a dar cuenta...

-¿D-darme cuenta... de qué?

Antes de que tuviera la oportunidad de responderme, el puño del chico aterrizó en mi mandíbula, pillándome por sorpresa y dejándome en el suelo. Los golpes se multiplicaban por todo mi cuerpo y yo apenas podía gritar, mi garganta era un desorden de mil nudos y mis ojos ardían mientras las carcajadas de Lisa resonaban una y otra vez en mi cabeza, cada vez más fuertes.

-¡Jennie, Jennie, despierta! ¡Nini, ppr favor! -La risa insistente que me hacía temblar, cambió poco a poco por aquellas palabras. Abrí mis ojos y enfoqué mi vista como pude, estaba en mi habitación, con Lisa a mi lado, la cual me miraba asustada. -Mírame, mírame cielo... Ha sido una pesadilla, ¿vale? Estoy aquí contigo... -Sus manos acariciaron mis mejillas, ahí noté como mi piel estaba encharcada de lágrimas, me dolía la garganta, ¿Había gritado? Miré al reloj de la mesita... Eran las dos de la mañana, pasé una mano por mi cabello recién cortado y suspiré.

~CaO§   -Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora