06 | Lo que somos.

21 5 12
                                    

--Un gusto, Alba. Somos Carla y Grisha Jaeger. 

Grisha Jaeger, padre de Zeke Jaeger, eldiano y habitante de Marley. 

¿Qué hacía aquel hombre en ese lado del mundo? 

Cuando Shadis mencionó su nombre, en la mente de Helena surgió el nombre de ese personaje, aunque descartó la idea pensando que se trataba de mera coincidencia, era imposible que él estuviera ahí. Él estaba muerto. 

Aparentemente, los fantasmas existían, y ella estaba apunto de vivir con uno de ellos. 

Inmediatamente la mente de Helena tembló despavorida, seguramente Grisha reconocería su nombre y eso significaba el fin de su juego de espías. Aunque delatarla resultaría un arma de doble filo para el mayor. 

--Al igual que tú, él despertó sin recuerdos afuera de las murallas.-- Mencionó el comandante con intenciones de reconfortar a la castaña, sin saberlo, ese comentario despertó una alarma en Grisha y un miedo creciente en Helena. Lo maldijo internamente por regalar ese dato tan revelador.

Sin embargo, ambos ocultaron a la perfección sus dudas y temores. La familia Jaeger adoptó a Helena amablemente en su humilde, pero acogedor hogar. Al llegar a su casa, la menor tuvo la oportunidad de ver el rostro del miembro más joven de su familia: Eren Jaeger. Sus hermosos ojos verdes cautivaron el corazón de Alba, pronto sintió un instinto protector, cual hermana mayor. 

Cabe destacar que los primeros meses en ese hogar fueron difíciles para ella, siempre se despertaba en medio de la noche por horribles pesadillas que le mostraban rostros que no conocía, pero se veían y sentían verdaderos. En otras noches, cuando tenía la fortuna de no soñar con aquellos rostros y escenarios, simplemente no podía cerrar los ojos hasta que amanecía. Aunado a sus enormes ojeras, estaba la sensación de que algo malo podría pasar en cualquier momento: temía, sobre todo, que la descubrieran en  sus mentiras que con los pasos de los días iban en incremento. Se escondía de la curiosidad innata del señor Grisha, y prefería pasar tiempo con Carla, con la que temía que su bondad fuera falsa y debajo de ello se escondiera un monstruo devora almas. 

Helena no tenía un día de paz. Siempre alerta, con los ojos y oídos percibiendo cualquier pequeña información, estando paranoica y suponiendo siempre lo peor de los demás, estaba lista para que la guerra se desatara en cualquier momento. Sin embargo, para infortunio de su ser que prefería desatar la guerra que vivir en pánico, eso nunca sucedió. 

Al menos no hasta el día en que Grisha Jaeger desenmascaró su historia e intenciones. 

Helena subió a la pequeña habitación que se le había habilitado en el ático, ahí encontró a un Jaeger sentado en la cama, con la vista clavada en el "diario" de la joven. Al ver esto, su piel empalideció mientras sentía sus venas helarse.

--Señor Jaeger, ¿qué hace aquí?-- Se quedó estática en el filo de las escaleras, mientras el contrario releía la misma hoja una y otra vez. Con todo el esfuerzo empleado, se acercó unos escazos pasos más. --Ese es mi diario, no está bien que invada así mi privaci--

--Helena de Alba.-- Su intentó de reclamo fue interrupido por la voz grave del castaño. Al oír su propio nombre, la mencionada tragó saliva y sintió su respiración acelerarse. No pudo emitir un sonido, ni logró pensar en algo ingenioso que librara la situación. La verdad estaba liberada, ya no tenía poder sobre ella. --Así que eres tú. Tenía mis dudas, pero lo creía posible. 

Finalmente clavó su voluntad juzgadora en el rostro de la chica que intentaba encontrar alguna razón o excusa que la salvara de un destino fracasado, pero él sabía su nombre, así que lo sabía todo. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 21, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Liability | ʟᴇᴠɪ ᴀᴄᴋᴇʀᴍᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora