Song-shots (Jenlisa)

Hold On

Perdónenme.

POV LISA

-Bien hecho, todas hicieron genial.- Nos felicitó Rosé luego de que bajamos a camerinos.

Recién acabamos un concierto y ahora nos preparariamos para regresar a casa.

Platicaba con Jisoo mientras caminábamos hacia mi camerino. Pasamos por el camerino de Jennie, la puerta estaba abierta y logramos ver el gran ramo de rosas que estaba en la silla.

-Wow, ¿Quién las envió?- Jisoo silbó mientras entraba al camerino y se acercaba a oler las flores. -No me digas. Ya lo descubrí.- Jisoo tomó la pequeña nota que estaba entre las flores.

-¿De quien son?- Entré de igual forma y apoyé mi hombro en el umbral de la puerta.

-Las envió Kai.- Me dijo Jennie y me tensé al escuchar ése nombre en particular.

-¿Ah si?- Pregunté con fingido interés.

Por dentro estallaba en furia. Ése tipo nunca me calló bien, no es lo que mi Nini merece. Siempre peleaban por culpa de Kai, terminaban pero el luego hacía o decía algo para convencer a Jennie de perdonarlo y que regresara con él.

Es un idiota que no sabe cuidar a mi pequeña mandú.

-Ajam...- Murmuró con la cabeza gacha.

-¿Y ahora por qué pelearon?- Me acerqué a su tocador y apoyé mi peso en éste. Me crucé de brazos, ella ya sabía mi opinión sobre Kai.

-Lisa, por favor...- Pidió sobando su cien.

Jisoo ya había salido, seguro para alistarse.

-¿Por qué se pelearon ahora, Jane?- Subí un poco mi tono de voz.

-El otro día que saldríamos a comer, me dijo que lo que usaba era muy corto y...-

-¿Te pegó?- No respondió. -Ven acá.- Le tomé de la muñeca e inmediatamente lo hice ella dejó escapar un gemido de dolor.

Tomé una toallita desmaquillante y la restregue en su muñeca.

-Lisa, no tienes que...-

-Lo sabía...- La miré a los ojos con preocupación. -Ése hijo de puta te pegó de nuevo.-

-No lo llames así...- ¿Qué?

-¿Lo estás defendiendo? ¡Te pegó, Jennie! ¡Ése cabron es más que un hijo de puta!- Exclamé enderezando mi cuerpo.

-No grites, escucharán las demás...- Su voz era pequeña y débil.

-Nini...- Suavice mi tono y ella me vió a los ojos. -¿Por qué no nos hablaste sobre ésto?

-No quería preocuparlas, además son problemas entre Kai y yo.-

La tomé entre mis brazos con fuerza y repose mi cabeza en la suya.

-Sabes que si te pega es un tema completamente diferente, cariño.- Me separé del abrazo y la vi de nuevo a los ojos.

-Perdoname...- Dijo al borde de las lágrimas y eso me rompió el corazón.

-No...no debes pedir perdón. Tu no debes pedir perdón, Nini.- Con la yema de mis pulgares limpié las pequeñas lágrimas que caían de sus ojos.

-Sabes que estoy para lo que necesites. Estamos. Todas estamos para ti, Nini, siempre lo estaremos. Ya seamos unas viejas arrugadas con treinta gatos.- El final la hizo reír un poco.

-Prefiero los perritos. Tu eres la loca obsesionada con los gatos.- Por sus labios se asomaba una sonrisa.

-Oh, vamos. Tengo a Love ahora.- Volteé los ojos y ambas soltamos unas risas.