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Que triste es tener que callarse solo para complacer a otros.

Que triste es darse cuenta que ni siquiera en tu hogar tienes lugar, ni con las personas que se supone que te tienen que querer de forma incondicional.

Incondicional.

Que palabra más extraña, es fácil de entender cuándo la lees en el diccionario pero cuando intentas explicarlo o aplicarlo a tu cotidianidad, no tiene lugar, no tiene forma de ser aplicada de manera real.

Naturalmente, la realidad está sobrevalorada cuando la explicas pero aún así, no podemos distorsionar tanto nuestro día a día como lo hacemos solo para complacernos a nosotros mismos. Muchas veces la realidad duele más de lo que podemos expresar y tal vez por eso es que al no encontrar palabras para expresarlo lo ponemos en palabras tan simples que pierde su complejidad y profundidad, en cierta manera es lamentable porque tal vez eso nos ayudaría a entender mejor las actitudes de otros y su consecuente falsedad.

Falsedad que nos ayuda a sobrellevar situaciones que no son de nuestro agrado o no tenemos las herramientas para lidiar con eso, es triste tener que callarse para llevar las cosas por ese camino de falsa paz, pintando y llenando todo de esa fría falsedad. Es triste darse cuenta que no hay lugar para uno mismo en esos lugares donde se supone que te tienen que abrazar con incondicionalidad sin importar lo mierda que seas pero al final, incluso tu familia y tu hogar tiene condiciones de como se supone que debes ser y como debes comportarte, llega un punto dónde termina siendo gracioso para el objetivo porque al final, lleva tanto tiempo sometido a lo mismo que termina siendo inmune y por ende, apenas reacciona.

Es agotador. Es agotador tener que pelear batallas completas con una sonrisa y sarcasmo feliz solo para complacerlos

Lord of the last dayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora