Miró al pequeño polluelo que apenas había salido de su cascarón. Era tan frágil y pequeño que en cualquier punto este simplemente podía morir; tan sólo ella, una simple bruja, podría extender la mano en ese mismo momento y exprimir hasta la más pequeña gota de vida de su cuerpo.
Así era la vida y no sólo la de aquella pequeña cría de ave, sino que de todos en general... Enormes desastres naturales o un simple tropiezo podrían lograr que dejaras este mundo repentinamente, e incluso la vida también podría ser arrebatada por cualquier persona...
Muchos dirán que eso último es completamente incorrecto, ya que la maldad para hacer tal atrocidad sólo está en un número pequeño de personas ¿Pero qué los hará tan especiales? Nada, o al menos es lo que ella piensa; cualquiera podría convertirse en un asesino si las circunstancias lo llevan a eso...
A veces se preguntaba si Voldemort hubiese seguido siendo Tom si aquellas circunstancias hubiesen sido diferentes... o si ella podría haber tenido una vida normal, sin manchas de sangre en sus manos y sin haber arrebatado tantas vidas inocentes si tan sólo las cosas hubiesen sucedido de manera distinta.
-¿_______?- escuchó llamar detrás de ella, así que salió de su trance y volteó hacia la fuente de sonido. Era Severus, con el cabello mojado por la lluvia siendo secado con una pequeña toalla.
Sí, últimamente había estado lloviendo demasiado... tal vez había sido por eso que aquellas aves colocaron su pequeño nido en la ventana, donde un pequeño techito las protegía del agua. Nunca había sido muy fanática de los días lluviosos, así que no solía salir en medio de ellos con regularidad y mucho menos lo haría ahora que se encontraba en una situación muy comprometedora tanto con el Ministerio como con los seguidores de un poderoso Mago Tenebroso.
Aunque no era sólo el agua lo que estaba causando un caos afuera, sino también él. Tom, Voldemort, el Señor Oscuro o cualquier otro nombre con el que se le conociera, él estaba destruyendo tanto... y no sólo en el mundo mágico, sino que también con los muggles ¿Si las cosas hubiesen sido distintas él habría hecho todo eso de igual forma?
-¿Estás bien?- preguntó luego de ver la expresión preocupada en su rostro.
-C-claro... sólo estaba... pensando...- ella contestó mientras se acercaba al hombre que había vuelto de hacer las compras -¿Severus?-.
-¿Sí?- el azabache dejó la toalla a un lado, prestándole completa atención a la mujer que tenía delante.
-¿Me darías un abrazo?- preguntó tímidamente a lo que el hombre la miró unos segundos más, dejando escapar una pequeña sonrisa de ternura por la dulzura en la voz de la bruja antes de rodearla con sus brazos sin preguntar la causa de esta petición.
Miró debajo de él a la dama a quien su corazón había entregado, viendo que el color negro en su cabello había vuelto en su totalidad. Ya no era necesario ocultarlo más, después de todo él sabía perfectamente quien era en realidad.
Y también sabía que había mucho ruido en la cabeza de la contraria y no era de extrañar teniendo en cuenta los acontecimientos que habían sucedido. Él también había estado pensando en muchas cosas, pero no podía decir que comprendía del todo el dolor de la pelinegra y posiblemente nunca lo haría; toda su vida había sido arrebatada momentáneamente, de nuevo. Sabía que extrañaba esa escuela infernal, a los niños, a aquella mentira que le permitió tener una vida medianamente normal por una vez...
Aún no sabían muchas cosas del otro a pesar de haber hablado más sobre sus pasados. Él por su parte le contó sobre Lily, los Merodeadores, cómo llegó a ser parte de los seguidores de Voldemort y más tarde un espía de Dumbledore; mientras que ella compartió algunos pequeños recuerdos sobre su niñez, además de que le contó vagamente sobre el cómo conoció al mago más temido de la época actual, aunque tampoco es como si se la pasaran interrogando al otro sobre su vida en el pasado cada vez que tenían la oportunidad, ya que sabían lo incómodo y doloroso que podría llegar a ser pensar y hablar de ciertas cosas.
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El cuervo de los ojos azules
SonstigesAño 1995. Una nueva profesora llega a Hogwarts, la cual está envuelta en un profundo misterio, que intenta ser descifrado a pedido de un director que todos conocemos bien, por un profesor de cabello y ojos negros como la noche. La mujer de ojos azul...