Queen Of Meen [Tokyo Revengers]

Capítulo 4

Dos chicos caminaban en la noche por las calles de Tokyo para llegar al santuario donde normalmente se llevaban a cabo las reuniones.

— Gracias Takemichi, por lo de hoy, realmente necesitaba verla —Mikey rompió el silencio mientras seguía caminando.

— Mikey, tengo una pregunta —dudo al hablar pero no podia quedarse con la duda, necesitaba recolectar las piezas del rompecabezas— ¿Por qué fue que se pelearon en primer lugar?

— ¿Por qué tan curioso?

— Porque cuando la fui a ver a su tienda parecía realmente molesta, digo comenzó a insultarlos y a llamarlos mentirosos —volvió el ambiente silencioso por unos segundos.

— Fue porque fuimos unos tontos, déjame contarte lo que pasó.

-Hace 2 años-

— Chicos —llego una joven tú de 12 años dando pequeños saltitos emocionada.

— ¿Qué pasa ____? —te recibió Mikey comiendo un helado.

— Les quiero presentar a una amiga, se llama X —te hiciste a un lado mostrando a una chica de la misma edad que tu, con cabello blanco, piel pálida y con una cara sonriente.

— Hola, ____ me ha hablado cosas maravillosas de ustedes, y espero que podamos ser amigos.

— Es la amiga que les había mencionado antes —dijiste aún emocionada.

— Recuerdo que hablaste de ella con mucha alegría —dijo Mitsuya.

— Con que ella es la susodicha —Pa la miro de arriba a abajo.

— Ni siquiera sabes que es eso —inflaste los mofletes enojada.

— Claro que lo se

Y así empezaron una pelea de insultos y cosas parecidas, incluso cuando peleabas con ellos estabas feliz y X se adapto rápidamente con los demás, ayudaba que Draken y Mitsuya le explicaran unas cosas.

Pasaron unas semanas desde ese día.

— Oigan, ¿Quieren ir al cine? Esta esa nueva pelicula de Harry Potter y el cáliz de Fuego, he tenido ganas de verla, pero quería preguntarles primero.

— Lo siento pero X ya nos invito a verla, dice que también le gusta —hablo Draken rompiendo tu ilusión de ver la cinta con ellos.

— Oh, bueno, podemos ir todos entonces... —trataste de animarte con esa idea.

— Solo tiene boletos para nosotros —ahora Kazutora rompió tu nube.

— Entiendo... que se diviertan entonces —te alejaste para que no vieran tu decepción.

Pasaron más días de esta manera, tratando de hacer planes con ellos, pero siempre tenían mejores cosas que hacer con tu amiga, no te importaba, después de todo era tu amiga y también podía estar con los demás.

Solo te engañabas para no llorar.

Pero todo se derrumbo un día. Estabas frente al templo donde normalmente llevaban sus reuniones de la pandilla.

— RESPONDE DE UNA MALDITA VEZ —gritaste a todo pulmón.

— Yo... yo... —la albina lloraba desconsoladamente.

— Admite que eres una hipócrita, confiesa lo que realmente querías, dilo.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué pelean? —intervino Mitsuya que acababa de llegar con los demás.