LA BESTIA DE BIBURY

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"Louis se presentó como un omega cuando tenía tan sólo 18 años, sus padres creyeron que no había ningún inconveniente, al ser un omega chico. Pero el destino no piensa lo mismo, y decide unir en almas destinadas al dócil omega con un alfa cambiaformas, y tal vez no es el único inconveniente, sino que en todo el pueblo ese alfa es conocido como la bestia, un alfa solitario que pasa sus días solo por el bosque. El celo de L está cerca, H puede olerlo días antes de que éste llegue, e incluso a miles de kilómetros de distancia. Así que cuando este llega, decide llevarse al omega cuando este es mandado por su madre a incorporarse en el bosque."

De: maariairibarne

Para: sunyouareart

¡Louis, dios mío, ayúdame! Hijo, por favor, no permitas que me mate, ¡Louis!

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¡Louis, dios mío, ayúdame! Hijo, por favor, no permitas que me mate, ¡Louis!

Louis de nuevo despertaba a la cinco de la mañana. Una diferencia de tres minutos con el día anterior y quince a comparación del previo a este. Aún escuchaba los gritos afónicos de su madre en el silbido del viento, como un susurro espeluznante; y la imagen de esas magnas fauces en torno al acaramelado cuello herido le provocó un sollozo involuntario. Era atroz. Sus manos comenzaron a temblar por la urgencia de corroborar que todo volvía a ser una pesadilla nada más, pero la taquicardia aún no cesaba.

- ¿Louis, cielo? -Sandra, su madre omega, tocó un par de veces antes de abrir la puerta de su habitación. Su bonito rostro denotaba preocupación y ansiedad. Observó a su hijo al fondo, acurrucado entre unas mantas que en ese momento parecían colosales y amenazaban con tragarlo vivo. Se enterneció.

-Mami...

-Oh, mi vida ¿estás bien? -Louis asintió, inhalaba la esencia de manzanilla que la caracterizaba-. ¿Qué ocurre entonces?

Louis emitió un quejido y limpió el sudor de su rostro, como si en él estuviesen los recuerdos del horrible sueño previo. -No tiene mucha importancia, sólo fue una pesadilla. Últimamente me he sentido con un poco de fiebre, ha de ser eso.

-Probablemente vayas a enfermar, necesito que te cubras más. El invierno ya está a la vuelta de la esquina y tú aún vistes muy ligero. ¿No quieres volver a dormir? Aún faltan un par de horas para ir a la universidad.

Negó. -No creo poder hacerlo. Me daré un baño y bajaré a preparar el desayuno, seguro me distraerá lo suficiente para olvidar el sueño.

Sandra lo apretó un poco más antes de soltarlo. Acunó su fino rostro entre sus manos y admiró cada pequeño detalle del rostro de su bebé. Dieciocho años de recuerdos inmersos en los cielos amorosos que sus párpados celaban; los mismos ojos, azuritas brillantes, la miraron a los ocho meses mientras sus labios se movían con gracia al decirle "mamá" por primera vez, y el único dientecito de leche jugueteaba con la lengua y se escondía, de la misma manera en la que el sol se esconde detrás de la pomposa nube. Besó su frente con ternura, ahí donde ha besado mil veces más. Olisqueó a su hijo, quien pese a su edad, aún olía a cachorro... y a veces se comportaba como tal.

BOTTOM LOUIS SUPREMACY FIC FEST || OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora