Capitulo 2 Gingi

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Gingi y Aoi se encontraban disfrutando una rica comida después de cerrar el restaurante, se encontraban sentados en una pequeña mesa de pareja

Aoi: Gingi me pregunto que pasara ahora –Suspira

Gingi: ¿Por qué lo dices Aoi-Sama? –Gingi la miro con extrañeza y soltó una gran sonrisa –Al fin estamos juntos en flor de Luna, nos va bien en las entregas.

Aoi: Tú bien sabes que antes de regresar Ougon Douji-Sama, me pago mucho más del monto total de la deuda de mi abuelo, a pesar de que no tenía la intención de aceptarlo ella se enfadó y dijo que era mi derecho –Miro al peliblanco nostálgica.

Gingi: Si estas preocupada porque el jefe Byakuya se moleste por la bonificación de agradecimiento no tienes que preocuparte ha pasado tiempo y no te ha llamado además me entere que la posada de Orio-ya acaba de enviar la solicitud de nota de pago para compensar a nuestra posada, se dice que están dispuestos a pagar un muy elevado precio. –Desvió el tema con una sonrisa inocente.

Aoi: No me refiero precisamente a eso. –Corrió una pequeña lágrima por su mejilla – ¿Qué pensara Odanna-Sama? Crees que me haga regresar al mundo aparente, después de pagar la deuda, ya no tendría que hacer nada aquí pues el compromiso estaría roto.

Gingi: No diga eso Aoi- San –Se convirtió en un zorro bebé y se colocó frente a ella limpiando su lagrima con su esponjosa cola –Sonríe Aoi-San estamos juntos, no te dejare sola, Todo estará bien desde ahora.

Aoi: Eres un tramposo sabes que esas palabras son muy importantes para mi –Acaricio al zorrito con ternura.

El jefe de contabilidad Byakuya trabajaba duro en estimar las finanzas entre las ganancias que tenía la posada y las que correspondían a Aoi por el trabajo en las tierras del sur, calculaba los gastos que se tuvieron de personal y de uso de naves, así como los gastos que representaban, ingredientes rentas y demás.

Debo terminar lo más rápido posible Odanna-Sama necesita estos números con urgencia –El peliblanco se apresuraba con todos los libros de cuentas sin saber lo que pasaba por la cabeza del maestro.

¿Será que la perdí? –Odanna se preguntaba mientras sorbía elegantemente el humo de su pipa –Acaso podrá cumplir con el pago de su deuda antes de... No basta, debería de visitarla en flor de luna, tiene mucho que no disfruto de mí novia.

El pelinegro se levantó y se dirigió entusiasmado a los jardines de Tenjin-ya en busca de los encargados de jardín a los que solicito un ramillete de flores decorado con ramillas y demás cosas que alegrarían a la chica, siguió su camino hasta llegar a la cocina donde pidió que se preparara algunos dulces especiales.

Espero ver su sonrisa con estos deliciosos dulces –Miraba con ternura el detalle en las golosinas –Seguro preguntara de que están hechos y querrá saber su receta. Deseo estar a solas con ella, creo que un pequeño paseo no me hará daño.

El galante ogro llego a la puerta de flor de luna con muchas expectativas, esperaba verla trabajando como siempre, aun qué él sabía que ella siempre se comportaba algo fría con él, esperaba tenerla un instante y si tenía suerte comer algo delicioso hecho por sus manos.

Terrible fue su sorpresa al verla tan cariñosa y feliz, escuchar tantas risas y elogios, darse cuenta por sus ojos de tanto afecto al joven maestro.

Aoi: Eres tan tierno y esponjoso dulce Gingi –Acariciaba su suave pelaje,

Gingi: Jajaja me haces cosquillas –Se colocó pansa arriba.

Aoi: Vaya que zorrito tan mimado –Pellizcaba suavemente la pancita del zorro, mientras el daba suaves mordidas en los dedos de la chica –Eres un travieso ya verás con estas cosquillas.

Odanna sintió una gran punzada en el corazón al ver la escena, ella nunca lo había tratado con la mitad de cariño que veía asía Gingi, el entendía los cariños a Chibi, un Ayakashi débil de bajo nivel, era más como suele ser una mascota para los humanos, no era mayor importancia la que tenía pero Gingi un Ayakashi de buen nivel, joven en edad casadera. Sus celos lo invadieron y la furia descontrolándolo hizo encender el fuego de Ogro a su alrededor, sus ojos brillaron color sangre y las garras aparecieron –Dejo botados los obsequios antes de alejarse de allí, dejando sin querer una marca de sus garras en el piso. 

 

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