Lisa siempre creyó que cuando fuese mayor y ya hubiese terminado sus estudios, encontraría a alguien con quien ser feliz, casarse y quererse hasta la eternidad. Independientemente si era una mujer o un hombre. Creyó muy mal.
Con ese triste pensamiento, alisa con la mano su vestido frente al espejo de su habitación. Suspira, volteándose para verse mejor. El vestido azul marino que lleva tiene un ligero escote, para darle un estilo más relajado.
Unos toques hacen que mire hasta la puerta, Jisoo está parada ahí, vistiendo un simple vestido negro y unos lentes para ver que son algo redondos.
—¿Lista? El taxi ya llegó —Lisa asiente con media sonrisa, volviendo su vista al espejo, solo para confirmar que todo estaba bien—. Lis, sabes que si no quieres ir no tienes porque...
—Estoy bien, Chu. Esto puede ayudarme a... ¿superarla? A entender que no hay vuelta atrás y que lo nuestro ya tuvo un fin.
La mayor sonríe triste, viendo su prima intentando ser fuerte. Le hace una seña con la cabeza, indicándole que ahora si, debían irse. Cuando bajan, la madre de Lisa está sonriéndoles, halagando lo apuestas y elegantes que se ven. Besa las mejillas de ambas y ellas le devuelven el gesto, prometiendo que no volverán muy tarde.
—¡Buena suerte, chicas! ¡No olviden traerme el centro de mesa! —grita antes de que el taxi arranque por completo.
Al día siguiente de que terminó con Jennie, había ido a la oficina de Nayeon para hablar con ella y decirle que no podría trabajar más ahí por cuestiones de estudio. Ella dijo que estaba bien, y le dio su liquidación de una vez. Quiso pasar ahí, porque sabía que si iba a la casa, la encontraría, devastada y no hubiera aguantado las ganas de correr a sus brazos y pedirle perdón.
El trayecto a la Iglesia fue largo por el tráfico. No quiere entrar y ver a Jennie casándose. Quiere irse, no quiere aceptar la realidad. Toma aire antes de sentarse en una de las bancas fuera del lugar. Jisoo la sigue, poniendo una mano en su rodilla.
—Podemos irnos cuando tu quieras. Siempre estamos bien vestidas, no sé, podríamos ir a comer alitas de pollo.
—Estoy bien, Chuu. Quiero hacer esto.
—¿Quieres fumar un poco? —niega con la cabeza, mirándola sacar una cajetilla del interior de su abrigo.
Un auto negro, elegante se estaciona en la entrada. Es el auto de Jennie, ella baja del asiento del copiloto, seguida de sus amigas-madrinas. Bae Joohyun y Kim Lip. Las tres tiene el rostro serio y ceños fruncidos.
—Buenas tardes —dice Jennie, pasando cerca de ellas sin siquiera voltear a ver. Jisoo solo asiente como saludo, está muy ocupada expulsando humo de su boca como para hablar, y Lisa baja la mirada, apenada.
—¿Crees que... crees que aún me quiera? Digo, parece que...
—Tranquila, Lis. Seguro lo hace, ha pasado poco menos de tres semanas. No dejas de querer a alguien en ese tiempo. ¿Lo has hecho tú?
—No, no. Para nada, la quiero igual que siempre —la mayor mueve su cabeza de arriba a abajo.
—Ella también lo hace.
Una pequeña sonrisa atraviesa sus labios. Se para, arreglando las arrugas de su ropa, decidida a entrar, con el pensamiento de que Jennie aún la quiere. Su prima tira el cigarro y lo pisa para apagarlo.
Al entrar, buscan un asiento cerca de alguna ventana o ventilador. Se sientan y Manoban no puede apartar la mirada de la castaña. Está de espaldas, hablando con su madre. Es una mujer no muy alta pero delgada, tiene el cabello largo, sujeto a una coleta. Su vestido es simple, pero lo que más llama su atención, es su expresión. Luce aflijida, con una sonrisa rota y lágrimas sin soltar en los ojos, mientras acaricia el rostro de Jennie y ella solo niega. Por último, besa su mejilla y comienza a caminar lejos.
Una niña de cabello azabache corre sin dirección alguna, huyendo entre carcajadas de otro niño. Llega a la pierna de Lisa y la abraza, riéndose inocentemente cuando el otro le toca la espalda y suelta un "tú las traes".
—¡Yuna! ¡Taehyun! No corran aquí.
Lisa acaricia la cabeza de los dos pequeñines con una sonrisa. Son bastante bonitos, incluso quiere morder las rojas mejillas de la niña.
—Niños, les dije hoy no debían ser traviesos o Jen se molestaría.
—¡Jen, Jen! —grita ella, saltando y corriendo ahora en dirección a Jennie.
—Siento tanto esto, apenas tienen 3 y no saben como comportarse —la madre de la novia se disculpa con una mueca apenada.
—Tranquila, no es ningún problema. Son bastante adorables.
—Gracias —sonríe sincera—. Oh, tú eres Lisa, ¿cierto? —ella asiente repetidamente—. Jennie me ha hablando bastante sobre ti.
—Hey, amigo, ¿qué te parece ir a ver esos dulces de la entrada? —Jisoo le propone a Taehyun, el acepta, abriendo y cerrando sus manos en dirección a la pelimorada para que lo cargue.
—¿Ah, si? Espero que hayan sido cosas buenas.
—Claro que si. Estoy agradecida contigo por haber hecho feliz a Jennie el último año antes de amarrarse a Nayeon.
—Oh... bueno, no es nada, al contrario.
—También me dijo que terminaste con ella. Fue lo mejor. Así no se siguen lastimando.
—Sí, además se casará y yo... la superaré.
—Eso espero, cariño. Es que ella, ¡es tan terca!, ¿sabes? Qué digo, obvio que lo sabes. Le he dicho mil veces que no tiene que hacer eso por mi, los niños yo estamos bien, estoy trabajando turnos extras para que Jiwoo entre a la universidad.
—Sólo quiere ayudar y verlos bien, se preocupa por ustedes. Son los más importante para Jennie. Quiere que sean felices.
—Pero entonces... ¿ella cuando será feliz?
Lisa no logra contestar a eso porque las campanas comienza a sonar, indicando que la novia estaba por entrar. La mujer se para, besando la mejilla de la pelinegra y yendo hasta su puesto donde sus demás hijas están. Con sus grandes y divertidos ojos, Lisa observa a Jisoo escabullirse junto a Taehyun por un costado de la Iglesia. Los dos tienen sus bocas llenas de dulces. Rápido, la mayor deja al niño con su madre para volver con la más alta.
Nayeon entra del brazo de su padre. Tiene el rostro neutro. Lisa no va a mentir, luce hermosa con su cabello castaño largo y el vestido le asienta a su delgada figura. Cuando llegan a donde Jennie está, se dan un simple beso en la mejilla. No hay sonrisas ni felicidad en el rostro de ambas. El padre de Im le da un apretón de manos a la castaña y camina a su asiento junto y su esposa.
La misa comienza como debe de ser. Lisa comienza a sudar, está nerviosa y no sabe porque. No puede parar de morder sus labios y jugar con un hilo que sale de su abrigo. Jisoo simplemente atiende a todo lo que el padre dice.
El momento que la tailandesa no quería que llegara, al fin lo hace.
—¿Quieres recibir a Nayeon como esposa, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarla y respetarla todos los días de tu vida? —la voz del padre suena cansina al momento de decirlo.
Jennie vacila un poco mientras sostiene las grandes manos de Nayeon. Su voz tiembla suavemente cuando suelta un:—Sí, acepto.
Ahí es cuando Lisa no aguanta más. Jisoo se para con ella, guiándole hasta la salida.
Lo último que ambas oyen al salir, es el fuerte y lastimero sollozo que Nayeon suelta.
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Todo por mami | Jenlisa
Fanfiction―¿Harías eso por mi, bebé? ―Todo por Mami. [ ! ] Prohibida la copia y/o adaptación de esta versión. Adv: Jennie G!P ➼ Adaptación © louiskt ➼ Portada hecha por -Lorier