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La traición hacia una mujer la convertiría en un arma contra tí, lastimaste su honor, su orgullo, su corazón y la confianza que te dió.

Eso había pasado con el segundo príncipe.

La traición hacia Charlotte Britannia de Obelis hija de el segundo fundador del Imperio, el Archi Duque Obelis. Lo cual me beneficio a mi y mi puesto en el trono, Anastacius Eljiuh de Alger Obelia el gran Emperador.

La posición de Claude bajo significativamente cuando perdió el favor de el Ducado Obelis, pensaba que el maldito se quedaría quieto después de eso y la decadencia de su madre. Pero no fue así, aquel día la pelinegra se dirigió a mi hablando con la verdad.

 Pero no fue así, aquel día la pelinegra se dirigió a mi hablando con la verdad

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Podía matarla, tenía su testimonio. Pero no era tan estúpido como para dejarla ir, ahora mismo estaba buscando su venganza y yo lo haría.

- No quiero ser la Emperatriz, yo seré la única heredera del Ducado y estaré a su favor su majestad- al parecer no conocía mi tiranía como los demás- Si el pueblo es próspero y la gente feliz el Emperador tendrá su favor y la corona en la cabeza.

- ¿Debería de tratar mejor a las escorias?- apretó su vestido.

- Usted es demasiado mal hablado- se levantó- Ese es su pueblo y esta sufriendo, ¡DEBE DE HACER ALGO! No sea como el anterior Emperador...

¿Ese hombre? Un hijo de puta que se encargó de formarme para ser igual a el, no me costó matarlo.

- Me importa poco.

- Veremos si el segundo príncipe consigue todo el favor de ellos- sonrió retadora- Usted le está dando todas las razones.

...

Pov Charlotte

- Legados enteros serán destruidos, ¡ERES UNA OBELIS!- mi padre golpeó la mesa, asustando me- Conoce tu lugar, serías la nueva Emperatriz de Obelia si ese maldito no hubiese traicionado nuestra confianza.

Siempre hablabas de ese maldito título, ¿Te preocupabas por el futuro de tu hija o por la ambición de ser parte de la familia Imperial?

- ¿Realmente te preocupa alguien que morirá luego de un tiempo?

Claude, maldito seas.

Había caído cautivada frente a él ya que fue el único de muchos que me salvó aquel día.

Las flores eran venenosas, yo estaba atrapada y nadie estaba dispuesta a ayudarme. Me di cuenta de el valor que tenía entre ellos, incluso nadie salvaría a la princesa del Ducado Obelis cuando la suya estaría en peligro, pero el no lo pensó y me saco de aquel agujero.

¿Porque estaba allí? Fui demasiado estúpida al no fijarme en el camino.

Su cabello rubio y los ojos gemas se quedaron grabados desde ese día, me sonrojaba incluso cuando lo mencionaban por ello mi padre arreglo un matrimonio antes de que el padre de Claude falleciera.

Mis visitas comenzaron a ser recurrentes, amaba cada detalle de el segundo príncipe y fue fácil tenerme a sus pies.

Mis visitas comenzaron a ser recurrentes, amaba cada detalle de el segundo príncipe y fue fácil tenerme a sus pies

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- ¿Me amas?- pregunto incrédulo.

- Lo hago su alteza- apreté mis manos sonrojada- Lo amo con todo el alma.

Su sonrisa debió de ser una advertencia para darme cuenta de que el no era una buena persona

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Su sonrisa debió de ser una advertencia para darme cuenta de que el no era una buena persona.

Mis ojos solo veían la falsa perfección del rubio, pero por sorpresa su trato hacia mi se volvió más cariñoso.

Todo perfecto asta el día en que lo ví en la misma cama que Penélope Judith, la hija de un simple Conde.

- ¿Seré tu Emperatriz?

- Lo serás.

- ¿Y que pasará con la hija del Ducado?- sonrió mientras tomaba su mejilla.

- Será una concubina o la eliminaré cuando termine de utilizarla.

Huí de ahí, quería que esto fuera un sueño o una alucinación mía. Era patético para mí llorar de esta forma, todo por una persona que no valía la pena, pero estaba tan mal en ese momento que mi vista estaba nublada debido a las malditas lágrimas.

No lo visualice y pronto caímos ambos en el piso. Frente a mi estaba el Emperador tirano de Obelia, Anastacius.

- Lo-lamento enserio lo lamento, porfavor tenga piedad de mi- mis sollozos ahogados era lo único que se escuchaba en el incómodo ambiente.

Ahora no podría tener ninguna escapatoria posible y aquel hombre me destrozaría el cuello por tirarlo al suelo.

- puedes irte- su respuesta me tomo por sorpresa pero no justamente en ese momento.

Volví al drama de hace un momento levantándome sin siquiera dar las gracias y corrí directamente al carruaje que me esperaba afuera.

...

Le conté cada pequeño detalle a mi padre el gran Archiduque Carlos Sorn de Obelis, mi madre quien solo tenía una mirada decepcionada se quedo callada esperando la reacción de mi padre, la hija de un árbol genealógico milenario La Archiduquesa Sora Britannia.

Y volvemos al principio dónde el me gritaba quien era yo.

Comenzaba a hartarme ese tema.

- Mi hermana jamás pensó que ese hijo de perra sería alguien quien mordiera la mano de su dueño- mi hermano mayor era alguien bastante serio en este tema.

El fue el principal personaje de el plan de derrocar a él Emperador, nosotros competimos por el título de heredero, pero ahora como si se tratase de una mala jugada mi padre lo nombró heredero universal.

Estaba desesperada y no sabía que hacer, mi única opción fue planear mi venganza contra esos bastardos.

Te veré caer Claude, y pagarás por tu estúpida traición

CálizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora