Capitulo 27

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Harley: 16 años
Daniel&Adrik: 14 años
Olivia: 11 años

—Mamá, mamá, mamá— el omega se removió en sueños y con pesar abrió los ojos, frente a él estaba su hija mayor

—¿Que quieres Harls?— dio un bostezo y se frotó los ojos para estar más despierto, podía sentir la cara de su alfa acurrucada en el hueco de su cuello y su respiración le hacia cosquillas

—Estoy teniendo una crisis existencial

—¿Y no podías retrasarla un poco?— ella alzó una ceja y Harry simplemente sonrió mientras se desenredaba de los brazos de su alfa, quien comenzó a protestar

—No quiero dormir solo— el alfa murmuró adormilado

—Vete a dormir con alguno de tus hijos— el omega ya estaba algo más despierto y salía de la cama con movimientos lentos, arrastrando al alfa con el

Hicieron una pequeña parada en la habitación de Adrik, donde por alguna razón también estaba Olivia durmiendo con el. Agradece los gustos excéntricos de su hijo en cuanto a camas se refiere, gracias a ello es que aún sobra espacio incluso cuando Louis se hace un hueco entre sus dos hijos. También mira en la habitación de Daniel, donde su hijo duerme boca abajo a pierna suelta y soltando pequeños ronquidos

Sigue a su hija escaleras abajo hacia la cocina y mientras su primogénita piensa las palabras correctas el pone a hervir la tetera para preparar el té para los dos. Su hija es tan escueta con las palabras como su padre, al igual que Adrik y Olivia, el unico que gritaban a los cuatro vientos como se sentían era su pequeño omega, Daniel hablaba tanto que al final acababa soltando todo y es que su hijo era su copia perfecta con ojos azules

—Mamá— el vertió una bolsita de té en cada taza y le entregó la taza de color rojo a su hija

—¿Si mi amor?— se apoyo contra la encimera, por suerte ser madre le había enseñado a tener una paciencia infinita, porque Harley era igual que el a la hora de decir algo, pensaba demasiado las palabras y luego a veces se tropezaba con las sílabas

—Creo que me gustan los alfas— oculto la sonrisa tras la taza, eso era algo que ya sospechaba, a su hija se le iban los ojos con el alfa que los atendía en su restaurante favorito—Pero también los omegas. Estoy confundida mamá

—No tienes porque alíen, te pueden gustar los dos cariño, no tiene nada de malo— dejó la taza en la encima y se acercó a su hija para abrazarla

—¿Que pensara papá?— ahí estaba el centro de toda esa crisis existencial que tenía su hija, Louis no tenía una mente cerrada y Harley debería saberlo, una prueba clara eran las clases de ballet de Adrik o Daniel en el equipo de fútbol, por lo que no llegaba a entender el miedo de su hija, como mucho sería por el idiota de Deimos que a veces hacía comentarios inoportunos

—No le va a importar mi pequeño alíen, le amenazarira tal y como amenazaria a cualquier pareja que tengas— beso repetidamente la cabeza de su primogénita y la abrazo más fuerte contra su pecho, a veces echaba de menos cuando ella era una niña y cabía perfectamente entre sus brazos—¿Hay algo que debería saber mi niña?

—Hay un alfa— murmura bajito, pero el llega a oírlo y sonríe

—¿No será por casualidad ese chico tan mono del restaurante que tanto le gusta a tu padre?— la escucha soltar una risita y asentir, entonces la separa un poco de su pecho para poder ver las mejillas sonrosadas de su bebé—¿Hace cuánto que salis?

—Oficialmente como un mes pero hemos sido amigos durante un tiempo— si el mal no recuerda hace poco más de un año que comenzaron a frecuentar ese lugar así que a saber cuando su hija y el comenzaron a ser amigos

Love You EndlesslyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora