I

85 5 2
                                    

—¡Traidor, por todos los crímenes que cometiste serás sentenciado a la eternidad! —había un grupo de hombre de cabellos largos y tan amarillos que parecían casi blanco.

—Creíamos en ti —dijo uno mirándome con decepción... luego todo estaba oscuro.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

—¡Vamos Leif! ¿Llegaremos tarde! —le grite a mi pequeño amigo que volaba justo a mi lado, mientras yo corrÍa con todas mis fuerzas, sujetando fuertemente la cesta que tenia entre los brazos, cuidadosa de que nada dentro de ella cayera, pues era importante para las hadas, y si, Leif, mi mejor amigos desde siempre, era un hada. Nos dirigíamos hacia nuestra pequeña aldea, llamada la aldea del bosque de las hojas del otoño, la cual queda cerca del pueblo de humanos donde solía vivir, pero gracias a Owen y Wanda, hadas que me adoptaron y me aceptaron como una de ellas a pesar de ser una humana, ya no me encuentro ahí.

—¡Podría ir más rápido si no fuera por ti, Alyssa! —dijo molesto volando a mi lado, era pequeño, tanto que podría tenerlo entre mis manos, pero tenía un gran carácter, eso caracterizaba a las hadas, pues compensaban lo que les faltaba de tamaño en carácter, aunque no fueran específicamente guerreras, eran muy pacíficas en realidad.

—Lo sé.   —dije riéndome.

En este mundo existen un sin fin de razas distintas y animales exóticos, dividido en 5 continentes separados por un solo océano Kaelssy, entre todas las razas se encuentran los elfos, que son los que encabezan la cadena, jamás he visto uno ya que están enemistados con los humanos por una vieja leyenda donde un hombre llamado Saulius, aprendiz de elfos, los traicionó al robar el fuego de los dragones y utilizarlo para desatar horror y muerte sobre todas las razas, al cual tuvieron que sellar en los desiertos de Kissa para proteger al mundo, aunque eso ocurrió hace casi mil años, pero para ellos no es nada, pueden vivir miles de años. Se desconoce si los dragones aun existen, pues eran una raza verdaderamente vieja, están los magos, que son seres muy extraños, existen solo unos cuantos en el mundo, vienen a cumplir su destino y luego se esfuman como polvo. También existen seres como los golem, sirenas, trolls, golblings, molestos y horribles goblings, y entre otros muchos, no he tenido la suerte de conocer muchos, pues jamás he podido ir lejos de la pequeña aldea de hadas, las hadas son muy sedentarias, no les gusta viajar e ir de aventura, eso ya es un instinto humano nacido de la curiosidad que siento por el mundo desconocido.

Corrimos hasta la aldea, bueno, Leif iba volando a mi lado, y era cierto que podía ir más rápido pero por mí se detenía. Habíamos salido a buscar unas flores ceremoniales, estábamos celebrando el cambio de estación con una de las fiestas tradicionales de la aldea, las hadas se vestían para festejar, hacían platos delicioso, y con las flores ceremoniales y polvo sagrado se hacía un brebaje que debía tomar el jefe de la aldea a las 12 de la noche, en la primera luna llena, directamente del cáliz ceremonial, hecho por nuestros ancestros que ha pasado de generación en generación hasta la actualidad.

Al llegar a la aldea nos conseguimos con todo destrozado, los preparativos, las comidas, todo se había perdido.

—¿¡Que ocurrió!? —me acerqué a Wanda que estaba muy alterada.

—Los goblings aparecieron de la nada, atacaron la aldea y destruyeron todo —dijo casi en llanto.

—¿Hay alguien herido? —le preguntó Leif.

—Gracias al gran señor Gaea nadie salio herido, pero el festival... no podrá hacerse... nuestra magia no podrá revitalizarse...

—No se preocupe señora Wanda, siempre y cuando el jefe tome el brebaje todo estará bien.

Alyssa - La Profecía del Dragón NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora