Besos desordenados, respiraciones irregulares, gemidos. Esos eran los sonidos que se escuchaban por los pasillos de la torre Stark mientras los dos amantes intentaban llegar a la habitación del menor. El camino no era largo, pero las distracciones eran muchas. Bucky simplemente no podía apartar las manos del redondo trasero de Tony, los amasaba de forma hambrienta y con violencia, haciendo al genio gemir de placer y dolor a la vez. El portador de la armadura se veía imposibilitado de separar sus labios del soldado, ambos se mordían y se dejaban sin respiración, dejando sus bocas de un color rojizo debido a la hinchazón y a la poca sangre que salía de ellos debido a las heridas que se hicieron. Barnes no pudo soportarlo más, acorraló al millonario contra la pared y le rompió sus costosa ropa, dejándolo así solo con su ropa interior, si a Stark le molestó este acto simplemente no lo hizo notar, ya que sus belfos solo emitían sonidos de placer. Bucky obligó a Tony a enredar sus largas piernas en sus caderas sujetándolo con su mano de metal para que este no cayera. Con su mano libre, enredo sus dedos en el corto cabello castaño del héroe, tirando fuertemente de este, obligando al genio a exponer su sensual cuello. El menor no pudo evitar gemir ante ese agresivo acto, sobre todo cuando empezó a sentir las succiones y mordidas del ex soldado del invierno. ¡Mierda eso dejaría marca! Pero simplemente le encantaba, adoraba lo salvaje que era Bucky. Tony comenzó a mover sus caderas sintiendo con su trasero el gran miembro de Barnes, imaginado las muchas posiciones en las que quería ese pene dentro suyo, ¿y por qué no? Penetrarlo él también ya que no tenía nada que envidiarle al pelilargo, sin mencionar que la versatilidad encajaba perfectamente con su persona
-Bu... Bucky...-gimió el castaño- mi... Mi cuarto...mmmh- ¡dios! No podía formar una frase coherente gracias a todos los estímulos- Buck... No... No quieres que alguien nos vea...o..o si?- cada maldita palabra salió como un jadeo desesperado de los labios del ex Playboy, el soldado quería llegar al cuarto, pero no podía apartarse de Tony, menos ahora que escuchaba su sensual voz y sus exquisito gemidos ¡Mierda! ¿Cómo fue que aguantó tanto tiempo sin probar el cuerpo de Stark? La voz del mecánico solo lo estimuló mucho más, haciendo que aumentara la frecuencia de las simuladas embestidas que le daba a su compañero, lo único que lo separaba de enterrar su miembro en ese jugoso trasero era su ropa y los calzoncillos de él. No lo pudo evitar, recargó aún más la espalda de Stark contra la pared, y confió en la fuerza con las que él se sostenía a sus caderas para no caerse, soltó su mano metálica del cuerpo de su amante y golpeó fuertemente con ella sus nalgas. Anthony gimió de dolor y placer ante ese acto. Dirigió su otra mano hacia el cuello del castaño, apretando con fuerza moderada los costados de su cuello para que la sangre no subiera a la cabeza, logrando marear y excitar aún más a Tony. Volvió a apretar de manera violenta su retaguardia, probablemente dejaría marcas al día siguiente, pero a ninguno de los dos les importaba del todo.
-te voy a follar Anthoska. Te follaré tan duro que mañana no podrás sentarte sin que te duela el culo- la masculina mano de Barnes no se despegaba del cuello de Anthony, y él no le pediría que la apartara a pesar de sentirse un poco mareado, y es que todas esas sensaciones junto con la ronca voz de James no hacía más que calentarlo- te haré mío una y mil veces, hasta que olvides tu nombre y cualquier rastro de sentimiento que sientas por él- ¡Oh James! ¡Si supieras! Eso lo empezaste a hacer hace mucho tiempo.- todos sabrán que ahora eres mío, solo mío kotenok... Mmmh dilo muñeca, di que eres solo mío ¡Dilo! ¿A quién le perteneces?
-a ti... Solo a ti... James... -gimió Tony- solo a ti, por favor... Por favor ... Llévame a mi cuarto... Fóllame James.
-eso Gatito, di mi nombre, es lo único en lo que tienes permitido pensar en esta noche, solo en mi nombre, así como yo no dejaré de pensar en el tuyo muñeca.- Barnes cargó al héroe para llevarlo a su habitación. En cuanto traspasaron la puerta Stark saltó de sus piernas y se dispuso a quitar de forma desesperada la ropa de Bucky empezando por su camiseta, en cuanto la prenda estuvo fuera comenzó a besar su ancho cuello con desesperación, dejando leves mordidas y morados en este, poco a poco empezó a bajar por sus fuertes hombros hasta llegar a sus pectorales y pezones. En un principio Stark besaba su cuerpo con ternura, luego daba pequeñas mordidas para terminar haciendo grotescos chupones y James no podía con tanto placer, adoraba que su gatito fuera igual de violento que él, así que se entregó con confianza a los brazos de su amante sabiendo que la experiencia de principio a fin sería increíble. Anthony siguió bajando con su lengua hasta llegar al definido abdomen del soldado, trazando un camino imaginario, alzando su mirada de forma lujuriosa para que Barnes pudiera ver sus intenciones. ¡Dios! Su querido Anthoska lo miraba como si fuera una maldita prostituta experimentada, era estúpidamente pornográfica aquella escena que sus ojos veían, y quería más, claro que sí. Con determinación y un poco de brusquedad agarró con su brazo metálico el corto cabello del castaño, dirigiendo con rapidez a su amante a la zona de interés, y Stark obviamente no se negó a su silenciosa y sucia petición, aunque eso no le iba a impedir jugar un poco con su compañero. Con suma lentitud bajó los pantalones de Bucky, dejándolo solo en calzoncillos, al ver la gran polla de Barnes atrapada en esa apretada ropa interior no pudo evitar dirigir su húmeda lengua a su falo, humedeciendo la suave tela con ella al pasarla una y otra vez, esto calentó en demasía al del ojos azules pero a la vez lo desesperó, con mucha fuerza tiró del cabello de Stark para alejarlo de su pene, agachándose levemente para susurrarle al oído.
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No Correspondidos (Winteriron)
FanfictionCada vez que Stark miraba los ojos de Bucky, podía ver reflejado su propio dolor en ellos. Ambos estaban profundamente enamorados, ambos sufrían por no ser correspondidos Los personajes no me pertenecen. La historia es mía. Créditos de la portada a...