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Se observaba en el espejo de su habitación, viendo por tercera vez su aspecto, cabello rosa, ojos azules, se sentía gusto con su cuerpo, mal no estaba. Para tener solo 17 años se veía en un gran estado, es a lo que llaman "juventud" pensaba.

Luego de terminar los últimos retoques, tomo su mochila y salio de su habitación, entro a la cocina y tomo un refresco y una manzana de su nevera, ya tenia años viviendo solo y termino acostumbrándose a su vida solitaria, aunque no era tan sola. Tenia buenos amigos, en especial cuatro curiosos chicos, algo problemáticos, pero bien portados.

Caminaba de camino hacia la estación, mientras le escribía a su amigo que vivía cerca de su hogar, iba tan distraído de su entorno que no noto al hombre que venía frente a el, aunque el hombre si se percato del chico y intento esquivarlo, aunque por mala suerte y la multitud, termino golpeando el hombro del chico.

-Lo lamento.

-No se preocupe, fue mi culpa por no ver adelante. Tendré mas cuidado la próxima.

Con cuidado el hombre acaricio la cabeza del chico y se despidió con un "tranquilo, ve con cuidado". Ese gesto hizo feliz a nuestro protagonista, quien sonreía de oreja a oreja. Al no tener sus lentes no diviso bien al hombre pero estaba seguro de una cosa. Quería volver a verlo. Es a lo que le dicen amor a primera vista?, quien sabe pero el destino es raro, tal vez si lo pide con fuerza se cumpla su encuentro nuevamente.

-Akaza!, que rayos vamos tarde. Se puede saber donde estabas?

Y allí estaba el, su querido amigo, Tanjiro. Esperando por el, tenían la misma edad pero akaza le ganaba en estatura, solo por cinco centímetros, pero era bastante según akaza.

-Primero, buenos días amor, segundo, tuve un altercado. Me disculpo.-dijo akaza intentando calmar a su amigo quien estaba de brazos cruzados esperando una respuesta mas clara.

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Mas tarde esa mañana, dos chicos se encontraban corriendo por los pasillos de la academia, por culpa de cierto peligrosa.

-Te mato akaza, ruega que Sanemi-sensei aun no este en el aula, porque sino nos matara y luego te mato yo!- decía el de cabellos Burdeos mientras rezaba para que el profesor aun no este en el aula.

-jajaja, que dramático si. Cálmate, ademas no puedes matar lo que ya esta muerto tonto.-dijo akaza quien caminaba a la par de tanjiro.

-Cállate, hoy me pagas el almuerzo.

-Oye, deja de hablarme así, quien eres y que hiciste con mi dulce ángel?

-Murió.

-Ay, eso si es malo.

Por suerte algo bueno paso, Sanemi aun no estaba en el aula, por mala suerte del destino, sanemi los venia siguiendo desde que entraron a la academia.

-Ves, te lo dije.-decía akaza a su amigo quien parecía aliviado.

-oh dios, creí que tendría que pasar mis horas en detención. Sanemi a veces es muy cruel, me agrada pero es cruel.- dijo tanjiro.

Tanjiro estaba a punto de abrir la puerta pero fue detenido por una mano, volteo a ver akaza, pero este había perdido todo el color de su cara, incluso juro ver su cabello palidecer. No tardo ni dos segundo entrar en razón y entendió que el portador de esa mano era nada mas y nada menos que Sanemi-sensei.

-S-sensei, b-buenos días.-miedo eso solo expresaba la cara del pobre de tanjito.

-Pff jaja, Relájate. El no puede hacernos nada, ademas, el también llego tarde.-akaza por otro lado parecía menos nervioso, aveces se preguntaba si sufría de algún mal. Solo el tenia ese don de cambiar de un estado emocional a otro en un piz paz.

El Consejo Estudiantil (Kimetsu No Yaiba) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora