Lost

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Capítulo IV:

Casa Blanca, Washington DC, 2000.

Cameron pov:

Suspiré mientras veía la ciudad frente a mí, lo había hecho. Me encontraba en la oficina principal de la casa grande sintiendo una gran satisfacción dentro de mí, nada podría quitar la sonrisa de mi rostro, o eso creía.

Sentí que una mano se posaba en mi hombro y no había que voltear para saber quién es: Vicente Smith, el hombre que ha hecho de mi vida un terrible acontecimiento.

—¿Estás listo, muchacho? , todos te están esperando afuera—me giré para ver su rostro mientras mi sonrisa dejaba de ser genuina para ser una falsa.

—Claro.

Fingir es algo que siempre se me daba muy bien. Claramente, no puedo negar lo satisfecho que me he sentido por mis actos en estos días, pero me encuentro en un punto de mi vida donde para llegar a ser feliz tuve que fingirla hasta llegar a sentirla de verdad, aquel punto crucial dónde todo se define empieza aquí.

Llegamos hasta el primer piso donde se podía ver gente adinerada y con el ego hasta el cielo.

—¡Cam! —llamó Piper, mi novia, mientras me recibía con un beso.

—Cariño—respondí sobre sus labios siendo todo un meloso, lo sé.

—No se pongan empalagosos aquí. Estamos en la casa de mi padre —comentó Carlos con desagrado.

—Relájate, Adams. Los celos no son buenos, te hacen viejo y después nadie te querrá—respondí. Está claro que le gusta Piper, y detesta la idea de que yo esté con ella.

Él iba a responder pero fue interrumpido por su padre:

—¡Atentos todos! Me gustaría hacer un brindis—llamó la atención de los presentes . Típico de él, ser el centro de atención en todos los eventos.

¿Qué puedo decir? Al presidente y a sus amigos les gusta la atención, y eso es muy patético.

—En estos meses hemos hecho un gran trabajo en equipo, me gustaría agradecer personal a Cameron— las miradas se fijaron en mí. Su pausa fue tan dramática que estuve a punto de soltar una carcajada, pero él habló:— por la gran traición que nos ha dado.

Tic tac, Cameron. Tu hora ha llegado, disfrútala.

—Me alaga, Adams —respondí mientras elevaba la copa de Champagne —creo que ya estamos a mano con tus sucias acciones cubiertas por mí— di una sonrisa.

Su reacción fue una joya, no esperaba que tuviera tanta ventaja sobre él.

—¿Sorprendidos?—pregunté en general—¿En verdad creyeron que me involucraría en este asunto sin tener bases que sólo los culparan a ustedes?, Eso lo incluye a usted también, Vicente, tiene un pasado bastante oscuro —informé con una gran sonrisa.

—¡Te di mi confianza al permitirte estar con mi hija! , ¡Acepté su compromiso! —gritó mi suegro con enojo.

Lástima, me hubiera gustado verlo en la boda en la que, luego de ser declarados marido y mujer, pudiera relevar mi bella y hermosa traición, con su muerte.

—No se arrepienta de eso, su hija está en las mejores manos—posé mis manos alrededor de la cintura de Piper.

Mi equipo rodeó a los hombres para esposarlos uno por uno. Todo era victoria para mí, de verdad mi intención nunca fue acabar directamente con mi querido suegro y mi amigo el presidente, pero ellos decidieron que las cosas fueran así.

Y me alegra decir que esto no acaba aquí, este es el comienzo de una nueva etapa.

—Estás loco, Lavoie—susurró Piper con una sonrisa luego de besarme.

Ella no se encontraba sorprendida ni mucho menos, estuvo al tanto de la situación una vez consideré apropiado contarle. También había pensado enviarla junto a su padre, pero las cosas cambiaron, y heme aquí:

—Loco por ti, Smith—admití sin vergüenza alguna.

En cierto momento noté que Carlos se encontraba desorientado, buscando una guía nueva a quien seguir, y yo ayudaría con eso.

—Hey, Adams—llamé—¿Quieres ir con esos idiotas o te quedas con nosotros?—nos señalé.

Él no dijo nada, pero su mirada dio a entender que permanecería en el lugar donde se hallaba, Carlos Adams es un nuevo aliado. Me es de poca relevancia tenerlo como aliado o enemigo, pero entiendo con claridad que nunca sería mala idea generar un quiebre de intereses. Carlos era hijo  del presidente, y eso claramente sería una desventaja para él. Acababa poco a poco con la supuesta prioridad de un grupo de corruptos: Su familia.

Piper permanecía a mi lado, y siempre lo estaría sin importar qué. La atención tan pobre que recibió de su padre durante años me permitió acercarme a ella con facilidad. Y esa fue solo una parte del plan, porque lograr infiltrarme sin duda fue complicado. 

Agradezco con todo lo que tengo, la unión de mi equipo y el hecho de lograr llegar hasta aquí.

—Se acaba de iniciar una nueva etapa, ¿no?—soltó Carlos, viendo a su alrededor.

—Claro que sí, Adams—respondí.—Ellos ya no están aquí, y no lo estarán dentro de un largo tiempo. Eso tenlo por seguro.

Me cuesta admitirlo, pero estoy totalmente ausente de lo que sucedería en el futuro. Porque si algo en esta vida es incierto, es el futuro de la vida de alguien.


Un pequeño vistazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora