- - Hola danito como estas muchachon– le dijo aquel hombre a Daniel, mi esposo y yo nos miramos, ¿Qué hacemos? Daniel continuo riéndose y le contestó
-Hola, hola amigo- todos en el restaurante nos miraban y luego miraron al pordiosero a aquel hombre al que aún no podíamos saber sus intenciones con nuestro hijo, el hombre sucio y viejo estaba incomodando a nuestro hijo, nos trajeron la comida y el hombre comenzó a hablarle a nuestro hijo como a un bebe, nadie creía que era simpático que el hablara como un bebe a decir verdad lo que el hombre estaba haciendo no nos caía bien, obviamente sentimos que estaba trastornado, en fin, mi esposo y yo estábamos avergonzados, caminamos en silencio menos Daniel, Daniel estaba muy inquieto, mostrando todo su repertorio al pordiosero el cual le contestaba con sus niñadas.