- - Usted debe cuidar este niño- de alguna manera yo le conteste que así lo haría, con un inmenso nudo en la garganta, él separo a Daniel de su pecho lentamente como si tuviera un gran dolor, yo recibí a mi niño, el viejo hombre me dijo:
-Dios le bendiga señora usted me ha dado un hermoso regalo el día de hoy- no pude decir más que un entrecortado gracias, con Daniel en mis brazos camine rápidamente hacia el coche