parte 1
- Me encontraba sentada en un restaurante junto con mi esposo y mi hijo Daniel
- De repente Daniel pego un grito con ansia y dijo:
- -Hola amigo- dando unos golpecitos con sus manos gorditas sobre la mesa, sus ojos eran grandes y brillaban por la admiración, con mucho regocijo él se reía y veía a través de el vidrio a un hombre andrajoso con un abrigo en su hombro, sucio y roto, sus pantalones eran anchos y sus dedos se asomaba a través de lo que un día fueron zapatos su camisa estaba sucia y su pelo no había recibido agua ni un peine por largo tiempo sus patillas eran cortas y muy escasas y su nariz tenia tantas venas que parecía un mapa, él se encontraba un poco lejos de nosotros así que no podríamos saber qué aspecto, además del aspecto si tenía un olor desagradable, pero seguro olía mal, sus manos comenzaron a menearse para saludar