Tormenta Perfecta (RenGiyuu)

Prendas con aroma

En un rincón oscuro de la habitación en la que se desato la mas ruda de las pasiones, Giyuu no se atrevía a aceptar separarse de nuevo.

Kyojuro se acomodaba la ropa pero no encontraba su camisa, sin complicarse tanto opto por buscar otra del closet.

- ¿Dónde será tu próxima misión?- Consulto, escondiendo su cabeza entre sus brazos.

- El tren Mugen- Respondió.

Se acomodaba esa clásica capa que lo distinguía como el Pilar de la Flama. Le comunico sobre lo complicado que seria su viaje a sospecha de la existencia de una luna en el interior del tren.

- Entiendo- Dijo el Pilar de cabellos oscuros, sintiendo una corazonada nada agradable.

- Volveré pronto- Prometió con una sonrisa- 

Deposito un corto beso en esos finos labios a los que se había vuelto adicto de probar.

El alfa notaba la mirada preocupada de Giyuu, las separaciones resultaban cada vez mas dolorosas, sobretodo cuando entre ellos existe un lazo.

Sin explicar el porque, el omega sujeto la mano de su amante y dejo un hana-kanzashi* en su palma.

- Era el broche de Tsutako-nee san- Informo con tono suave y apagado.

- ¿Esta bien que lo conserve?- Pregunto, levemente sonrojado.

- Lo devolverás cuando nos volvamos a ver- Giyuu soltó su mano y desvió la mirada- Honestamente, su aroma ya no se conserva y ahora durante todos estos años que lo tuve solo tiene el mío.

Aquel accesorio  le permitiría estar en contacto con su omega, Kyojuro pretendió dejarle algo a cambio pero su pareja se negó.

No lo necesitaba porque de antemano se había llevado su camisa que guardaba celosamente en el bolsillo interno de su amplio de haori.

A Rengoku no le queda mas que sonreír con esperanza antes de marcharse. Quedándose con la ansiedad de probar esos labios deliciosos que repartían cariño sobre los suyos y sin embargo por este viaje debían separarse en una especie de interminable despedida que ninguno queria.

Tan pronto el rubio abandono la Sede, Tomioka perdió toda estabilidad de sus piernas y se derrumbo, era demasiado para su corazón y su instinto, desenvolvió la arrugada camisa de su alfa y se aferro a ella con todas sus fuerzas.

Aquellos fríos ojos azules que resaltaban en medio de la oscuridad de la noche, mostraban la tristeza en un camino de agua salina que surcaba su perfecta faz.

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El ruido del tren en movimiento, tres jóvenes cazadores abordan en la estación con la intención de reunirse con el Pilar de la Flama.

- Por ahora solo escondamos las katanas- Murmuraba Zenitsu.

- ¡Allá voy amo de esta tierra!- Inosuke se entusiasma al subir al tren.

Tanjiro olfateaba el aroma a naranjas que le indicaban que el era un alfa muy justo. Caminaba seguido de sus compañeros buscando entre los vagones, hasta que a sus oídos llegaron las enérgicas palabras de Kyojuro.

- ¡Umai!- Repetía una y otra vez.

 Honrando una vieja costumbre de guerrero.

- ¿En verdad este glotón es un Pilar?- Cuestiona Zenitsu en un susurro.