MAIA
—Buenos días, vecina —repite las palabras Clara con tono grave intentando imitar la voz de Rubén—. Nos hemos perdido algo —dice esta vez dirigiéndose a Sofía.
—No os habéis perdido mucho, es que ahora es mi vecino —digo sin energía.
—Pero, ¿tú te estás escuchando? —reclama Sofía.
—Maia, está como un tren. ¡Y es tu vecino! ¿Sabes cómo acaba eso, no?
—Ojalá tener un vecino así —responde Sofía por lo bajo.
—Chicas, chicas —les freno— estáis siendo muy exageradas. No es para tanto.
—No somos exageradas.
—Eso creo que se podría discutir —y nos echamos todas a reír porque hasta ellas admiten que en el fondo soy yo la que tiene la razón esta vez. Son muy exageradas.
La mañana ha empezado de una forma muy extraña. El badboy de clase, y mi nuevo vecino, estaba sentado fuera de la urbanización, en el suelo, mientras llovía. Y claro, tampoco ha venido a clase. Parecía que estuviese llorando o por lo menos tenía los ojos rojos.
Clara, Sofía y yo estábamos sentadas en el banco de siempre. Es nuestro banco. Como si lo tuviésemos reservado para nosotras. Cuando Rubén ha aparecido. No pensaba que fuese a venir a clase para las tres horas que quedan.
—¿Qué tal ha ido el examen de Química? —les pregunto para desviar la atención.
—No ha estado mal. Creo que puedo llegar al 8 —comienza Clara.
—Yo no aspiro a una nota tan alta. Me ha salido bien pero creo que para mí un 8 sería mucho pedir.
—¿Qué has puesto en el ejercicio que nombraba el heptaoxidodicromato de hierro?
Las escucho hablar un rato sobre su examen hasta que me pierdo totalmente por la nomenclatura que utilizan.
—Oye, chicas, no empecéis a hablar en otro idioma, por favor.
—Sí, mejor lo dejamos —concluye Sofía.
—Hoy voy a quedar con Héctor —nos confiesa Clara.
—¡Me alegro mucho de que al final te hayas animado! —exclama Sofía emocionada.
—Sí, eso es genial. Mantennos informadas en todo momento —digo yo.
Clara hace natación y allí es dónde conoció a Héctor. Sofía y yo no sabemos quién es, solo tenemos una idea por lo que nos cuenta Clara. Resulta que en la exhibición de fin de curso hubo un acercamiento entre ellos, por ponerle algún nombre, y no han dejado de hablar en todo el verano. Puede que Sofía y yo tengamos un shippeo para ellos dos pero eso es secreto.
—Estoy nerviosa chicas. Quiero que salga bien. No nos hemos visto desde entonces.
—Lo hará, no te preocupes —añado para tranquilizarla—. ¿Cuándo nos contarás lo que pasó en esa exhibición?
Se pone roja negándose a contestar y las tres empezamos a reírnos sin parar.
El recreo se acaba y estamos en clase de Inglés, copiando tranquilamente cuando alguien comienza a chillar y a señalar al proyector. Levanto la vista del libro hacia allí y veo lo que todos están gritando: ¡sale humo del proyector! Algunos gritan posibles formas de hacer que deje de salir humo y otros nos dedicamos a reírnos de la situación.
Tras el pequeño accidente en la clase de Inglés, las clases acaban.
Vuelvo hacia casa tranquilamente, ahora no llueve. A mitad de camino me encuentro con Rubén.
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Cuando Mires Las Estrellas [En Físico]
RomanceMaia pensaba que ya había dejado atrás la vida de adolescente y sus dilemas. Algo que cambia cuando conoce a Rubén. Rubén es un compañero de clase de Maia pero también se convierte en su nuevo vecino y en alguien que pone su vida tranquila y planif...