2. 𝐂𝐨𝐬𝐚 𝐝𝐞 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐨𝐬

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Sí, el título es diferente al de la última vez, pero hubo un comentario que además de tener razón no me dejó dormir lpm.

Sí, el título es diferente al de la última vez, pero hubo un comentario que además de tener razón no me dejó dormir lpm

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— Melissa...

Hay momentos bastante curiosos en los que nuestro cuerpo y mente nos sorprende a nosotros mismos. Cuando llevas a cabo una acción repetitiva, constante, llega un punto en el que tu cuerpo actúa por sí mismo. O cuando en una situación ya sea extraña o de lo más normal, recuerdas cosas mínimas que ocurrieron en momentos lejanos. Nuestra memória es tan intrigante y confusa como el cerebro entero, actúa impredecible y sin previo aviso.

De ahí deriva el acto reflejo, la acción involuntaria como respuesta instintiva a un estímulo externo. Y como no, en este caso el estímulo nació con unos iris color cielo y lucía un cabello más dorado que la comida del Rey Midas. Y el acto reflejo no fue otro que pronunciar tres sílabas que desencadenarían el amanecer de una historia olvidada. 

Por mucho que Izuku soñara dar pausa a los problemas, estos no pararían de aparecer hasta que el destino quedase satisfecho.

— ¡Hola! —Mei se interpuso en la visión del peliverde, acercándose a la adolescente y dando un descuidado apretón de manos— Soy Mei, la hermana de Izuku. ¡Un gusto conocerte, Melissa!

La inventora agitaba la mano de su contraria energeticamente ante la mirada extrañada de todos, pero sobre todo de la ojiazul.

— He-hermana. —al ver su mirada cohibida, Izuku decidió despegar a Mei de la otra chica.

— Mei, qué haces.

— Es tu amiga, ¿no? —respondió confundida— No sabía que tenías amigos.

— Porque no los tengo, ahora vámonos.

La agarró del brazo con la intención de alejarse de los cinco adolescentes, quienes no sabían cómo reaccionar a todo aquello. Pero una de ellos avanzó, no dejaría que se marchara, no otra vez.

— ¡Deku! —la voz de la rubia sonaba triste, melancólica, sus ojos brillaban por las lágrimas que estaba a punto de derramar.

— Esto es raro —se giró a verla—, el chico rubio me llamó así.

— ¿Katsuki? —se alarmó la rubia— ¡¿Has visto a Kats?!

Antes de poder responder a su pregunta, un sonido como ninguno se propagó por el campo de batalla. Todos dirigieron su mirada ahí, viendo a All For One frente a Katsuki y Tomura, y una nueva presencia que provocó un enorme cráter. Se hizo el silencio, presenciando como el polvo se dispersaba dejando ver una figura imponente.

Los ojos de All Might resplandecían de una furia casi descontrolada, marcando la diferencia con su traje de tonalidades llamativas. La estatua en su honor se quedaba corta en comparación. El propio héroe era un monumento que inspiró fuerza en los héroes caídos y temor en los villanos. Fue una llegada como muchas otras, pero con una sutil diferencia. All For One sonrió. Esta vez, todos los que lo veían, no sentían el sentimiento de esperanza que él como símbolo regalaba, está vez todos sintieron un nudo en el estómago y un escalofrío recorrió sus columnas.

¡Nᴏ sᴏʏ ᴛᴜ ʜɪᴊᴏ!───『IzuOcha』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora