¹

1.1K 113 1
                                    


Wei Ying siempre fue diferente, lo sabía.
Ya no solo por descubrirlo el día que me salvó de acabar con una vida que no veía suficiente para que siguiera en la tierra. Lo suficiente malo, desganado de siquiera continuar con quien en algún momento debía de llamar madre o padre. Luego venía mi descontento por mi forma de ser, la decadencia de mi
cuerpo, todo. Mi saltó fue interrumpido por alguien. Y aquellos ojos llenos de nubes grisaceas en sus pupilas atravesaron mi alma, casi reviviendo un sentimiento burbujeante en mi pecho.

Incluso la vaga sensación de los latidos de mi corazón, se extinguió al sentirlo.
—¿Por qué lo haces?

¿Por qué no hacerlo? Quise decirle en ese momento, por qué esperar a que otros me arruinen cuando puedo hacerlo por mi mismo. Esperar solo hacia que el trabajo para resistir con el pasar del tiempo fuese más doloroso.

Sin embargo, Wei Ying no lo entendió.

Se veía confundido, incluso cuando las preguntas de su extraña manera de ser estuvieran en mis labios, jamás salieron. Estando solo a su lado, se convirtió en la única compañía que reconfortó mi ser.
Y el poco tacto que hubo entre nuestras manos, calentó mi pecho, aun cuando su piel fuera fría.

—Todos tenemos un sueño. Y terminar con nuestras vidas sin verlas cumplidas, es una estupidez.

Su voz tan seria, mirando a los lejos las luces de la ciudad, tan sumergido en sus pensamientos que desee saber que ocurría con él. Volteó a verme, y una sonrisa se extendió en su rostro, mientras señala la altura de mi pecho y luego su corazón. “Esto es lo único que nos diferencia” Cuidar lo que nos diferenciaba, se convirtió en un reto a mis ojos. Y él lo notó.

Revolvió mi cabello, como una promesa silenciosa, se levantó de mi lado, mientras sonreía y gritaba un
“¡Nos vemos!”

Sin embargo, eso no ocurrió, no lo volví a ver. Y a lo largo de los años, me fue imposible encontrarlo.

El Recuerdo En Sangre Fría, NingXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora