A veces Itachi podía dormir toda la noche, sobre algún mullido futón o la fría grava. Sin pesadillas que importunasen sus sueños, solo tendido ahí, laxo y en estado de alerta por si algún enemigo apareciera de improvisto tratando de atraparlo con la guardia baja.
No es que los malos sueños perturbaran su ya forzado descanso de todos modos.
Había pasado años aprendiendo a lidiar con ellos, tanto como para que al menos ya fueran "tolerables", hasta el punto de no despertarse sudando y con un ataque de pánico. Se sabía un asesino y es consciente de ello, no es como si a un ninja se le pudiese colocar un denominativo distinto, cuando la mayoría de sus misiones terminasen con el cadáver de alguien derrengado a sus pies.
No obstante, no es lo mismo el acabar con la vida de un criminal desconocido, cuya horrorosa historia está escrita en reportes, a terminar con la vida de conocidos y familiares...
Al tímido primo que se encogía en hombros cuando chocaban en un almacén o la bondadosa tía que en más de una festividad te obsequiase caramelos...
No es lo mismo...
Arrastrarse como sombra de cuento de terror, emergiendo entre las tinieblas con una espada para degollar a todo ser viviente de hogar tras hogar.
Han pasado tantos años... Itachi cree que puede vivir o al menos sobrevivir con esos recuerdos, con las memorias que pese a sentir haber actuado en "automático" aquella noche, lo rondaban casi todo el tiempo. Apartar llantos desesperados y gritos furiosos tan profundo en su cabeza como podía, para sentirse como un mero espectador cuando las imágenes de sus propias manos arrastrando a niños pequeños desde armarios surcaban demasiado cerca.
A veces no conseguía dormir debido a ello.
Despertando asustado y con nauseas que lo movían desde el suelo, devolviendo lo que haya en sus vísceras junto a la sangre que se le escapaba debido a su enfermedad, sangre en sus manos... aunque sea la propia...
Era un color tan desagradable...
Y era probable que esas noches fueran donde más ansiara que alguien permaneciera a su lado hasta el alba. Sin ser menester que alguna palabra se pronunciara, solo necesitando silenciosa compañía... como la confirmación de que aún es un humano y no un monstruo que ocasionó el horror en decenas de personas como última imagen que grabasen sus retinas.
Cuantos desdichados Uchihas estarían maldiciéndolo desde el mas allá.
Sin embargo, casi nunca hubo alguien.
No hasta que Kisame fuese asignado como su compañero, el robusto shinobi fungió como la alarma necesaria para recordarse lo que aun debía hacer.
—Ten.
Sasuke colocó en el kotatsu maltratado la humeante taza de té.
—Gracias —asintió con gesto afable antes de tomar la bebida, repasando con sus grises ojos la sonda clavada en su brazo derecho.
Dando otro sorbito a su té.
Estaba dulce.
Debío mantenerse como una muralla inamovible para que cualquier akatsuki u otro se pensase dos veces el atacar Konoha por la razón que fuere, para que los rumores de su despiadado genocidio se mantuviesen como un hecho atroz que espantaría hasta a los shinobis más duros.
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Lo no vivido
FanfictionItachi sobrevivió a la guerra, arrastrando secuelas físicas y mentales deberá intentar vivir una vida sin mucho sentido y que nunca planeó. Sasuke y Naruto sólo están tratando de ayudar a componer las cosas. Canon divergente Naruto/Itachi NaruIta